Para diciembre de 2013, el mundo del vallenato vivió una de sus pérdidas más grandes, la de ‘El Cacique de La Junta’, Diomedes Díaz, cantante cuyo legado se sigue extendiendo gracias a la labor de sus hijos, dentro de ellos su ‘retoño’ mayor, Rafael Santos, quién sorprendió a muchos seguidores del género con la ‘pulla’ que le mandó a exponentes de la nueva ola del género como Silvestre Dangond y Peter Manjarrés.
Ya son 45 calendarios los que completa Rafael Santos, artista que junto al acordeonero Jimmy Zambrano, le están haciendo un homenaje a la vida de ‘Diome’ al interpretar sus canciones más sonadas en un nuevo álbum en el que están presentes artistas de otros géneros como Arelys Henao.
Que no se lo cuenten en la calle 🟢🤳 >>> Rafael Santos y Jimmy Zambrano presentan su cautivador sencillo ‘Caracoles de Colores’, un homenaje a Diomedes Díaz

En medio de la promoción de este y otros nuevos proyectos, Santos concedió una entrevista al pódcast ‘Te lo dice Cuervo’, formato en el que dejó en claro que fue uno de los pioneros en su rama, y que de no ser por él ni “Silvestre ni Peter tendrían un camino construido”, para lo que son sus ahora exitosas carreras"
“Yo no compito con nadie porque realmente yo soy un muchacho que salió sin competencia, cuando yo salí no existía ni Piter, ni Silvestre, ni ninguno de los que la gente conoce hoy en día. Yo soy pionero de la tercera generación, entonces yo abrí el camino para que ellos pasaran. Yo no lo hago por competir ni por enriquecerme, sino que tampoco es bueno trabajar fiado”, afirmó Santos.
“Abrió la puerta y se quedó de portero”, “Tu único mérito ha sido ser el hijo mayor de Diomedes, del resto nada de nada”, “Él no compite con nadie porque nunca fue un gran cantante”, “Fue más grande Martín Elías que él”, “El ego fue el que lo quemó”, “Alábate pollo que mañana te asan”, “Tiene razón porque cuando él sonaba no había nadie más”, y “El ego y la arrogancia es jodida”, fueron algunas de las reacciones de los fanáticos del vallenato antes las declaraciones de Santos", añadió.

