Stephen William Hawking nació en Oxford en el año de 1942 y falleció en Cambridge en el año 2018. Ahora bien, se destacó por ser un físico teórico que probablemente igualó o logró ser reconocido como el gran Einstein. A pesar de sus discapacidades físicas y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que padecía.
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Sus aportes a la astrofísica en temas como los agujeros negros, la cosmología y la gravedad cuántica han sido determinantes en este campo del conocimiento humano.
En sus textos y en varias entrevistas, el físico se refirió a la existencia de Dios y dejó en claro que no creía en su existencia.
“No hay Dios. Nadie dirige el universo”, escribió en su último libro titulado ‘Respuestas breves a las grandes preguntas’ que fue publicado en octubre de 2018, meses después de su muerte.
Durante su vida, Hawking se dedicó al estudio de la teoría del Big Bang y la teoría del todo, con los que intentó explicar el origen del universo. Ambas, aunque bastante complejas, lo llevaron a una conclusión: “no es necesario invocar a Dios para encender la mecha y darle inicio al Universo”, como escribió en su libro ‘El gran diseño’ en 2010.”Las leyes de la física pueden explicar el universo sin la necesidad de Dios”, decía ese mismo año en entrevista con el diario británico The Guardian, recoge la BBC.
Pero más que negar la existencia de Dios, el físico consideraba que la pregunta era un poco inútil. “Uno no puede probar que Dios no existe”, le dijo en 2010 a la cadena estadounidense ABC. “Pero la ciencia hace a Dios innecesario”.
Aunque sus posturas le valieron muchos detractores de la religión, Hawking visitó varias veces el Vaticano y participó en eventos de la Academia Pontificia de las Ciencias. Incluso ofreció una charla acerca del origen del universo en 2016 allí. Incluso tuvo encuentros con el papa Benedicto XVI y Francisco, por lo que la iglesia lamentó su muerte en 2018.