Ana María Giraldo y Ana Isabel Bustamante, montañistas colombianas que han llevado la bandera de nuestro país a la cima de los 5 continentes y el círculo polar ártico, completaron la séptima cumbre de este reto, logrando la cima del monte Vinson en la Antártida.
Le puede interesar: Bucaramanga hizo delicada denuncia previo al partido vs Tolima: “Personas inescrupulosas”
SU PROPÓSITO, UNA CUMBRE QUE VA MÁS ALLÁ DE LA ESCALADA.
Su proyecto se enfocó en 3 enfoques: la fuerza del trabajo en equipo, la capacidad para lograr lo extraordinario y la importancia del paso a paso para lograr las metas. “Con Epopeya ellas aprendieron valores como compromiso, vulnerabilidad, una retroalimentación constructiva y sinergia y cohesión para alcanzar sus objetivos, a través de un liderazgo consciente y resiliente, afirmó Marcelo Arbeláez, socio y uno de los primeros colombianos en lograr el reto de las 7 cumbres más altas de cada continente, incluido el Monte Everest”.
Las SIETE CUMBRES están conformadas por 7 montañas:
Monte Aconcagua, 6.962 msnm, punto más alto de América, logrado
Monte Kilimanjaro, 5.894 msnm, punto más alto de África, logrado
Monte Elbrus, 5642 msnm, punto más alto de Europa, logrado
Monte Denali, 6.194 msnm, punto más alto de la región ártica, logrado
Monte Everest, 8.848 msnm, punto más alto del planeta y de Asia, logrado
Monte Carstenz, 4.884 msnm, punto más alto de Oceanía, logrado
Monte Vinson punto más alto de la Antártida, logrado
ENTRENAMIENTOS
Desde el inicio de su preparación para el Monte Vinson en marzo de 2024, estas mujeres siguieron rigurosamente el plan que su entrenadora les pasó para fortalecer su capacidad aeróbica con ciclismo de montaña, trote y caminata, además del fortalecimiento muscular que les ayudó a evitar lesiones ante los grandes esfuerzos que tuvieron que hacer transportando todo el material durante sus jornadas de ascenso en esta montaña helada y remota.
Realizaron numerosas expediciones en cordilleras de Perú, Colombia y Bolivia con el fin de mejorar su adaptación a la altura, se formaron como socorristas en áreas remotas y contaron con la mentoría de un gran referente del montañismo colombiano: Marcelo Arbeláez, con quien fortalecieron su liderazgo en entornos complejos y con el respaldo de las herramientas de Epopeya gestionaron emociones, decisiones y desarrollaron un gran equipo conformado por familia, empresas aliadas y mentores.
ELEMENTOS A DESTACAR DE LA EXPEDICIÓN AL MONTE VINSON
El Monte Vinson (4892 m.s.n.m) es la cima del continente Antártico. Descubierto apenas en 1958, fue escalado por primera vez en 1966 por 4 escaladores americanos liderados por Nicholas Clinch.
Es el punto más alto del macizo Sentinel que constituye la parte más septentrional de los montes Ellsworth y está distante aproximadamente a 1200 kilómetros del Polo Sur.
El clima es polar y durante el verano, época de escalada para el Monte Vinson, la temperatura osciló entre 0 y -10° centígrados en las carpas y hasta – 35° centígrados en la cumbre. Cuando el viento “blizzard” sopló, la temperatura y la sensación térmica bajó aún más.
En Punta Arenas, pequeña ciudad chilena al sur del continente americano abordaron un avión-cargo hacia Patriot Hills, a unas 4h30 de vuelo. Luego, aviones pequeños dejaron la expedición al oeste del macizo Sentinel, en el campamento base situado a 2200 metros.
Después de pasar un par de noches en este campamento organizando el material y las cargas, salieron hacia el “Low Camp” (campamento bajo) localizado sobre el glaciar Branscomb, a 9 kilómetros de distancia y a 2900 metros de altura. El recorrido se hizo encordadas por la presencia de grietas, cargando material y comida en un morral y halando un trineo de 20 kilos. Después de aclimatar dos días ascendieron al “High Camp” (4000 metros) por una pendiente larga y muy empinada de 45°, cargando al hombro todo el material y la comida, con un peso de 40 kilos entre el morral y el trineo. Fueron 900 metros de diferencia de altura por una distancia de más de 7 kilómetros. Después de tres campamentos, la última parte de este día la lograron después de enfrentar una pendiente de hielo muy empinada seguida de una pared pequeña de roca. A esta altura y con el frio ambiente, la jornada duró 9 horas para un total de 14 kilómetros en este tramo, hasta alcanzar la cumbre a las 4:15pm (Hora Colombia) 6:15pm (Hora Antártida) de este lunes 1 de diciembre de 2025.
Su alimentación consistió en sopas, pastas, proteínas, alimentos livianos y bebidas calientes y comida liofilizada, compartiendo con la cordada y el equipo, valorando el lugar y el paisaje y haciendo la bitácora del viaje. Con rutinas como establecer como iban a realizar la jornada de camino de cada día y cuánto tiempo les iba a tomar, se sintieron ganadoras desde el momento que construyeron este proyecto y más aún con el descenso, que fue la verdadera cumbre, teniendo claro que fueron los pasos más importantes en la expedición, regresar con el cansancio acumulado de este gran logro.
Dentro de los elementos que llevaron están carpas, toldos, botiquín, cuerdas, batería de cocina, linternas, brújulas, bolsas de dormir de plumas y sus amuletos, los de Ana María Giraldo fueron muñequitos que representaban a su familia y los de Ana Isabel fueron fotos de su familia.
Con la versión anterior de cada una, su único competidor, las Anas se sintieron las embajadoras de un cambio en la mentalidad de la gente en cuanto al cuidado y protección del planeta y al gran potencial que tiene la Antártida, “Porque no solo practicamos este deporte para conquistar cumbres. Todos los escenarios naturales que visitamos nos hacen conscientes de la importancia de cuidar estos lugares, de comprender que Antártida tiene las mayores reservas de agua dulce del planeta y fuimos afortunadas de estar allí y confirmar la veracidad de un lugar tan especial”, expresaron a su regreso.

