El desempeño del Junior de Barranquilla este semestre ha sido uno de los más decepcionantes en el fútbol colombiano. A pesar de haber llegado a los cuadrangulares de forma inesperada, sus estadísticas negativas y el bajo rendimiento general del equipo reflejan una situación preocupante. Gran parte de esta mala racha se atribuye al cuerpo técnico de César Farías, quien finalmente dejó el club debido a los resultados insatisfactorios y la búsqueda de un cambio de dirección por parte de la directiva.
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La crisis del equipo no solo se debe a problemas internos; factores externos, como el bajo rendimiento de jugadores clave, también han contribuido significativamente. Futbolistas como José Enamorado, Marco Pérez, Luis ‘Cariaco’ González y Andrés Colorado han tenido una temporada decepcionante, lo que les ha hecho perder la confianza de la hinchada y ha resultado en su reemplazo por jóvenes talentos de la cantera.
Con la llegada de Alfredo Arias al banquillo del Junior, se anticipa un cambio radical en el estilo de juego y la estrategia del equipo, aspectos muy criticados durante la gestión anterior. Para la familia Char, dueños del equipo, el próximo semestre será crucial una oportunidad para enderezar el rumbo del club o arriesgarse a que la afición, que antes llenaba las tribunas del Metropolitano, se aleje aún más de su equipo.
Para evitar esto último, los Char decidieron meterse la mano al bolsillo y desmantelar a un rival directo que, en los últimos años, les ha hecho la vida cuadritos cada que los enfrentan. Se trata de Jhon Fredy Salazar y Jesús David Rivas, dos de las estrellas de Águilas Doradas que pasan a ser futbolistas del elenco ‘Tiburón’ de cara al segundo semestre del año y bajo el mando de Alfredo Arias.

