Nuevamente las emociones del Tour de Francia se vistieron a color de piel. Una interesante etapa se iba a vivir este viernes, tras un recorrido de 192 kilómetros entre Bourg D’oisans y Saint-Etienne. Después del cruce por los Alpes, se daba tal vez un chance para que los velocistas relucieran.
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Lo expertos en terreno plano tal vez no tuvieron mucho protagonismo, dadas las exigidas etapas de montaña que involucraban a otros pedalistas como candidatos; sin embargo y por fin, otros podían decir “presente” en el Tour.
Varios nombres, como el caso de Alfred Wright (Bahrain Victorious), Hugo Houle (Israel-Premier Tech) y Mads Pedersen (Trek Segafredo), se perfilaban en la punta de la competencia; a unos contados segundos esperaban sus perseguidores, a falta de unos pocos kilómetros para la meta. Todo el pelotón, con Jonas Vingegaard a la carga, estaba casi que a seis minutos.
Pese a que hostigaban algún peligro los competidores en el seguimiento, la etapa estaba definida entre tres pedalistas. El ritmo no fue suficiente para ellos, aunque tal vez uno de ellos guardaba energías para el final.
Pedersen se destapó con un ataque infalible y se llevó la corona de la etapa 13, tras una escapada magnífica; Wright cruzó segundo y Houle completó el podio. Había que esperar al pelotón, en aras de la llegada de Tadej Pogacar y el mismo Vingegaard.
Pudo ser una etapa más de trámite para los competidores en la tabla general, puesto que era inminente la reserva de energías de cara al cierre del Tour de Francia.
Ya en la llegada del pelotón, a un poco más de seis minutos, Wout van Aert encabezó el lote y llegó séptimo en la etapa. No hay mayores novedades en la general. ¿Tendremos Tour para largo, o ya lo liquidó Vingegaard?
