El joven que fue asesinado el 19 de agosto de 2011 y hasta ayer el patrullero implicado, fue capturado. Dos generales dieron las órdenes: madre de grafitero asesinado, Diego Felipe Becerra.
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La captura de Wilmer Alarcón, hombre que siendo patrullero de Policía habría disparado a Felipe Becerra, le da señas de justicia a la familia del joven.
Tras 10 años del crimen, la familia del joven grafitero asegura que la institución cubrió por años la verdad sobre el crimen.
Santiago fue asesinado en la calle 116 con Avenida Boyacá cuando hacía lo que más le gustaba, hacer arte con el grafiti. El patrullero, entonces, aseguró que le disparó por la espalda en medio de una persecución cuando fue confundido con un ladrón.
Sin embargo, su familia asegura que Alarcón fue encubierto por la institución y que se volcaron a ayudarlo. Su madre Liliana Lizarazo acusa a la institución de haber encubierto todo lo sucedido.
«No es un tema solamente de patrulleros, porque a Alarcón desde el primer momento lo favorecieron. Le dieron condecoraciones y eso no lo hace un simple teniente, lo hacen cargos altos» fueron las palabras de la mamá de la víctima.
La familiar además señaló que dos altos mandos habrían dado órdenes en el lugar de los hechos y en el presunto montaje judicial que vino después.
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Dos generales dieron las órdenes: madre de grafitero asesinado, Diego Felipe Becerra
«Siempre hemos sabido que en este caso dos generales dieron órdenes para que se hicieran las cosas. Hubo más de tres coroneles, no solo los que estuvieron en la escena de los hechos, los que estuvieron participando del montaje con testigos falsos, esos contactos. Alarcón sabe que dieron las órdenes», dijo
La madre además, reiteró en que la Fiscalía finalmente evidenció que la Diego Felipe Becerra fue baleado en total indefensión y que solo estaba pintando un grafiti.
«Alarcón sabe exactamente qué oficiales ayudaron en el montaje para favorecer el homicidio que él cometió», dijo la Lizarazo.
La mujer además contó que se alegró con la captura del patrullero Alarcón, pero exigió que se le brinden garantías de seguridad.
Esto lo comentó ya que corre el riesgo de ser asesinado para ocultar las responsabilidades de otros uniformados.
«Que esté en un sitio donde no vaya a estar expuesto, que tenga algún riesgo de seguridad o que puedan atentar contra él», dijo Lizarazo.
Cabe mencionar que el patrullero fue condenado a 37 años y 6 meses de prisión en mayo de este año por el juzgado 38 administrativo del circuito de Bogotá.