Abogados penalistas aseguran que el hombre que mató al ladrón que lo robó en Suba no habría actuado en legítima defensa.
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El pasado domingo, un caso de justicia por mano propia se vivió en las calles de Bogotá. Un hombre que había sido víctima del robo de su celular encontró al ladrón y le disparó en el barrio Bilbao, provocando su muerte. El hombre que mató al ladrón que lo robó fue capturado pocos minutos después y enfrenta una larga pena de cárcel.
Muchas personas han criticado la captura del hombre, pues aseguran que se trata de un caso de legítima defensa. Pero según abogados penalistas, la situación del asesino no sería de defensa propia, sino un homicidio agravado. Este delito tiene una pena entre 33 y 50 años de cárcel.
Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, aseguró a El Tiempo que el modus operandi del hombre que mató al ladrón que lo robó indica premeditación. Al haber ido hasta la casa del ladrón y desatado una riña, «ni siquiera se puede debatir una posible o una probable legítima defensa».
Todo lo contrario. Bernate asegura que se trata de «un homicidio alevoso, deliberado, premeditado, intencional, donde una persona acaba con una vida ajena, independientemente de que esa persona fuera un delincuente».
Otros casos en los que se podría adjudicar la defensa propia podrían ser el del hombre que mató con su propia arma blanca a un ladrón durante el robo de un Sitp a principios de enero en la localidad de Kennedy, o el médico que mató a tres ladrones en un puente peatonal en Usaquén.
«En los otros casos se habla de que la persona actúa con el deseo de defenderse, de repeler una agresión en curso. En este caso, el acto no es defenderse de nada, es agredir. Ahora, en segundo lugar, es distinto desde lo objetivo. Aquí, esta persona ya no estaba en peligro para su vida, mientras que en los otros dos casos sí», afirmó Bernate.
