Pagar por las bolsas plásticas fue la idea que se le ocurrió al Gobierno para que los colombianos dejaran de usarlas.
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Sí, con este cobro lo que se busca es, más que recaudar recursos, desestimular su uso en los puntos de pago y así reducir los impactos ambientales asociados con los residuos generados por las bolsas después de que dejan de usarse.
La medida empezó a regir desde el primero de julio y desde entonces en redes sociales ha circulado una imagen en la que plantean que al pagar por una bolsa no se genera contaminación.
Aunque este argumento es errado, lo que se cree es que con la iniciativa la gente dejará de comprarlas y así se empezará a ayudar al medio ambiente.
Ahora, la otra inquietud que surge es si el valor de la bolsa (por el momento de 20 pesos y en algunas tiendas a 50) es suficiente para desincentivar su uso, ya que para muchos, el valor es poco.
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