Blancos y negros, todos somos iguales, el racismo no tiene espacio en el fútbol y así lo representan los compañeros de la selección de Bélgica, Kevin De Bruyne y Romelu Lukaku.
PUBLICIDAD
La celebración de los dos compañeros de seleccionado le vuelve a dar la vuelta al mundo, como ya lo hiciera en 2014.
Es un sello propio entre estos dos jugadores que dejan en claro que no existen diferencias, sus tonos de piel son solo eso, colores, que no fragmentan en nada su relación, compañerismo y entrega por una misma causa.
Fue en el mundial disputado en Brasil cuando se hizo famosa la postal de De Bruyne y Lukaku, en el partido que les dio el paso a los cuartos de final ante Estados Unidos.
En ese juego que se definió en la prórroga, los protagonistas de la historia intercambiaron asistencias mutuas para el gol del otro y con el segundo tanto, logrado por Romelu, apareció la imagen que quedó para la historia.
Ambos juntaron sus manos arriba, con sus dedos señalando al cielo, para dejar el mensaje claro.
«Es una foto perfecta. Por el ambiente, negro y blanco, diversidad. Es precioso», comentó posteriormente De Bruyne.
PUBLICIDAD
Varios años después, aún con la lucha ante el racismo vigente, los dos compañeros lo volvieron a hacer.
En el duelo que les aseguró el primer lugar de su grupo contra Finlandia (2-0), el hombre del Manchester City habilitó al del Inter de Milán que no perdonó y a festejar.
Una vez más, brazos arriba juntando la diversidad de sus colores y dejando en claro que sin importar la raza, debe primar el respeto y la unión.