Aparatosa caída y enojo de Nadal en la final de Roma, ante Djokovic
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Rafael Nadal se mueve en la tierra batida como pez en el agua. El español es sin duda alguna, a juzgar por sus números, el mejor tenista de todos los tiempos en polvo de ladrillo. Sin embargo, es humano y también puede resbalar.
En el ATP 1000 de Roma le pasó dos veces. Ya le ocurrió en las rondas previas, cuando ante el italiano Jannik Sinner besó el polvo, echándole la culpa a las líneas de la cancha central, que para él tienen un desperfecto y eso lo ha hecho resbalarse.
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Ahora, en la final ante Novak Djokovic, pasó otra vez. El español corrió para hacer un drive con su mano hábil, la zurda, consiguiendo ganarle el punto al serbio. Sin embargo, en la corrida y al pisar la línea, Nadal cayó y dio vueltas en la tierra batida de Roma.
A pesar de haber ganado un punto increíble, Rafa se levantó con un enojo monumental y dirigiéndose al juez central le dijo que no entendía cómo las líneas eran tan malas, que alguna vez eso produciría una fea lesión.
«Es increíble las líneas, cada puñetera vida. Nos vamos a matar al final», dijo con mucho enfado el manacorí.
A pesar del enojo y fiel a su resiliencia, Nadal se levantó y continuó compitiendo de la mejor manera contra Nole. Tanto así que se llevó el primer set.