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El viacrucis de la Copa América más polémica de todas, ¿por qué se juega?

Los problemas que atravesó un torneo que nació sin mucha causa y que la Conmebol hará que se juegue contra viento y marea. ¿Debe jugarse?

El viacrucis de la Copa América más polémica de todas, ¿por qué se juega?
EFE

El viacrucis de la Copa América más polémica de todas, ¿por qué se juega?

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Una copa que nació maldita y así ha sido su andar en todo momento. Desde un principio jamás supimos por qué se realizaría una Copa América después de la disputada en Brasil, la que tocaba por calendario. La Confederación Sudamericana de Fútbol argumentó que era para sincronizar calendarios con Europa y así dar el descanso correspondiente a los futbolistas. ¿Entonces por qué no corrieron la de Brasil al 2020?

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Luego fue el turno del formato. Sin saber muy bien por qué, Conmebol decidió que la Copa América sería multisede, pero en países que ni siquiera son limítrofes. Colombia y Argentina recibieron tal obligación, aún cuando por ley de la rotación le correspondía el turno a Ecuador. Los de la nación pacífica ahora realizarán la del 2023.

Los polizones se bajaron del barco

Para colmo, la pandemia obligó a trastocar todo. Sin embargo, ya era demasiado tarde para desdecirse, sobre todo por los compromisos comerciales adquiridos. El torneo fue movido de 2020 a 2021, pero su tortuoso calvario no había acabado ni mucho menos. El próximo golpe al torneo continental fue el retiro formal de las selecciones invitadas, Catar y Australia.

Los representantes de la Confederación Asiática declinaron la invitación al tener que enfocarse en las eliminatorias regionales o en partidos amistosos previamente pactados para el caso de la selección anfitriona del próximo mundial. Con solo representantes locales, el torneo más añejo del mundo continuó avanti contra viento y marea.

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Sacando pecho por la culminación de las copas Libertadores y Sudamericana, Conmebol creyó que su Copa era inmaculada. Los corredores sanitarios ubicados en el protocolo creado por Conmebol arrojaron un 99,5% de eficacia, lo que le daba confianza a las naciones de que los torneos estaban libres de contagio. Sin embargo, en la región el coronavirus se instalaba como un quiste, a pesar de la aparición de vacunas.

Una inyección de moral… y egoísmo

A propósito de la vacunación, Conmebol cerró un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac quien cedió 50.000 dosis para aplicárselas a los futbolistas profesionales y así reducir la posibilidad de contagios en el fútbol sudamericano. Lo que parecía una buena noticia no lo fue en algunos países como Brasil, donde advirtieron que no permitirían el ingreso de vacunas para ser aplicadas a deportistas habiendo población vulnerable necesitándolas.

Poca amenaza para Conmebol, que sigue adelante con la Copa América y sus certámenes de clubes. La última bomba que explotó en la mano de la Confederación fue la situación social que atraviesa Colombia. Las revueltas en las calles obligaron a trasladar a otros países los juegos por Copa Libertadores y Sudamericana, lo que instaló en el aire la pregunta ¿Se puede realizar la Copa América en Colombia?

Colombia y Argentina tienen una papa caliente entre manos

El presidente Iván Duque fue enfático: “se jugará en Colombia”. Mientras el país le demanda atención a situaciones más importantes, el Gobierno no quiere faltar a la palabra que en su momento le dio a Conmebol. Incluso propuso hacerse cargo de la Copa América de forma íntegra, dejando de lado a Argentina.

Porque si en Colombia llueve, en Argentina no escampa. En las últimas 24 horas se registraron 17.380 contagios en el país patagónico, con más de 500 muertes diarias. Números escalofriantes que se dan en medio de una disputa política entre el presidente Alberto Fernández y el macrismo, en cabeza del Jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.

La situación sanitaria en suelo cafetero no dista mucho de estos números, con 100% de ocupación UCI en ciudades como Cartagena. Desde Bogotá, por ejemplo, la alcaldesa Claudia López avisó que en mayo no habrá fútbol en la capital del país y dejó entrever que, si los casos no se reducen, no prestará el estadio de ninguna manera, tampoco para la Copa América.

Chile y Paraguay, los ases bajo la manga

Por eso, lejos de pensar una suspensión de su torneo insignia, Conmebol saca del mazo y baraja otras posibilidades para que la Copa América se desarrolle sí o sí. En las últimas 24 horas se deslizó que Chile y Paraguay están prestas a recibir el campeonato, con una logística que incluso favorecería los viajes.

La ministra de deportes chilena, Cecilia Pérez, le hizo un guiño a la Conmebol, manifestándole que si los llaman, ellos están dispuestos a albergar la Copa. De hecho, el diario El Mostrador reveló que se sopesan como sedes a Santiago, Viña del Mar y Rancagua. Allí, en suelo austral, se disputaría el grupo A, en el que se encuentran Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y la que pasaría a ser la selección anfitriona.

El otro grupo saldría de Colombia para jugarse en Paraguay. Suena inaudito que la selección guaraní no sea local en su territorio, pero lo cierto es que si en los próximos días la situación social en nuestro país no mejora, las selecciones de Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil y la de Reinaldo Rueda, se marcharían a Asunción y lugares aledaños.

Mientras tanto, Alejandro Domínguez como presidente de la Conmebol juega al póquer y sigue manteniendo su compromiso con Colombia y Argentina. Los próximos días serán clave para tomar una decisión y si algo tiene claro el mandamás del fútbol sudamericano es que el show debe continuar, aunque deba llevarse su circo a otra parte.

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