Daniel Pereira eligió la península de La Guajira para intensificar su preparación rumbo al Dakar, la competencia de rally más difícil y prestigiosa del mundo. El terreno árido y desértico del norte de Colombia fue ideal para que las habilidades de este piloto, elegido el mejor del país en 2013, se incrementaran y pudiera transformarse en uno de los pocos colombianos en terminar un Dakar en la categoría de automóviles, en el año 2015.
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Sin querer queriendo, practicando su pasión y a la vez su profesión deportiva, se encontró con una triste realidad que hoy día es de interés público en el país: la desnutrición de los niños wayú. Semana a semana se ven las imágenes por televisión de infantes muriendo de hambre en el desierto, en distintas rancherías, pero, ¿quién ayuda? Pocos son los compatriotas que dan una mano a estas familias y él, desde hace algunas semanas, es uno de esos.
“Hace dos años fuimos a un paseo y dimos una vuelta en La Guajira y nos causó impacto lo que sucede con los niños. Junto a dos personas dijimos hagámosle ya o es nunca. Arrancamos. Reunimos más o menos seis millones de pesos, aunque nos gastamos once y medio. Recolectamos plata para ayudar a 36 familias y terminamos socorriendo a 80, en Punta Gallinas y alrededores”.
Esta iniciativa no se queda ahí. Pereira está comprometido con La Guajira y así pudo conseguir que la Armada Nacional le prestara un buque, que hoy está en Cartagena y que viajará cuando esté cargado nuevamente a ayudar.
Pero, esta ayuda humanitaria también desató la ira del piloto, que encontró una realidad muy diferente a la que los medios cuentan en los noticieros. El abandono del gobierno lo hizo explotar en redes sociales, el desdén de las personas que dicen ayudar y no mueven un dedo, así como los indígenas cabezas de familia, quienes para él dejan morir a sus propios hijos y solo se dedican a procrear y quedarse “echados en una hamaca”.
“Los papás no se preocupan por sus hijos. Es un machismo absurdo en donde el jefe del hogar no vela por su familia. Los señores no trabajan, se la pasan tomando chirrinchi. Cuando dono un mercado a la familia, el primero que come es el señor; si sobra comida, le dan a la esposa y si sobra, le dan a los hijos. Eso es difícil de cambiar, porque es su cultura”.
Esa, para el piloto que hizo parte del equipo ‘Café de Colombia’ y hoy construye su propio auto para participar en el Dakar 2017, es la principal traba de este problemática. Otra, la distancia que hay entre el poder central, Bogotá; y La Guajira, en el extremo norte del país. Pereira se queja porque si alguien como él desde Bogotá intenta ayudar, no puede llevar alimentos, ni fármacos, porque el valor de transportarlo es tan alto, que se hace inviable llevarlos a la península.
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“Una empresa farmacéutica donó muchas cosas, lo malo es que para llevarlas hubo que pagar un millón de pesos. Las cosas que nos donan para llevarlas a La Guajira, se convierten en un problema”.
Más allá, las leyes colombianas para Daniel Pereira, tampoco ayudan. Los indígenas tienen privilegios especiales en la constitución, que preserva su cultura, pero el Gobierno Nacional no mete mano cuando la ley misma está llevando a la desaparición de esta etnia tradicional del país. La burocracia y la indiferencia del presidente Juan Manuel Santos, también entran en los motivos que denuncia este piloto.
“No tiene sentido que el Presidente se gaste 3.000 o 4.000 millones en una fiesta, o cambien las cortinas de Palacio de Nariño, que costaron 600 millones de pesos y para La Guajira no hay nada. Se nos volvió un factor común el detrimento patrimonial”.
Por último, lo que más indigna a Daniel Pereira es el desdén y la falta de solidaridad de los colombianos, quienes le dan la espalda a La Guajira. Eso, para él es más doloroso. Que sea más popular “un perrito en instagram o ‘Epa Colombia’”, que los niños que se mueren de hambre en la península.
“Hay personas que dicen “listo, yo ayudo”, gente con mucho dinero que no aportan un centavo. Lo que me indigna es que la gente sea tan amarrada con un problema social como el de estos niños. A La Guajira nadie le pone atención”.
Mientras se prepara para el Dakar, que el próximo año recorrerá territorios de Paraguay, Bolivia y Argentina(esta vez no pasará por Chile), Daniel Pereira seguirá dándole una mano a los niños desnutridos de La Guajira. Su sueño es que antes del 15 de diciembre desembarque un buque con más de 30 toneladas de ayuda humanitaria a Punta Gallinas, para hacer felices a niños que por su afición al rally se hicieron parte de su vida, aunque se sienta solo en esta cruzada.