Luego de ocho años de funcionamiento del MIO en Cali, el sistema aún no logra satisfacer por completo las necesidades y expectativas de los usuarios. Inseguridad, falta de cultura ciudadana y carencias en la flota son algunos de los problemas que se dibujan con mayor claridad cuando se trata de encontrarle fallas al proyecto de transporte que prometió dinamizar la movilidad en la capital vallecaucana.
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PUBLIMETRO conoció las opiniones de 120 usuarios frecuentes, quienes expresaron cuáles eran los ‘pecados’ más grandes y los aspectos que requieren una solución urgente. Con base en ellos, el presidente de Metrocali, Nicolás Orejuela, contó qué está haciendo la entidad para solucionar esos problemas que, asegura, ya habían sido identificados.
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Exceso de vendedores, artistas y mendigos en los buses
La mayoría de usuarios consultados coincide en que resulta imposible hacer un trayecto en el MIO, por corto que sea, en el que no se suba alguien a vender productos de distintas clases, a cantar, a interpretar algún instrumento musical o a pedir limosna sin brindar a cambio nada más que una triste historia de desempleo o enfermedad. Esto resulta molesto para los pasajeros, quienes aseguran que “se baja un vendedor y se sube otro”.
Y aunque desde Metrocali y la administración municipal se propuso ejecutar una estrategia que permitiera controlar la situación sin erradicar a todos aquellos que encontraban en los buses una opción laboral, el proyecto se encuentra en una fase preliminar en la que se está haciendo una caracterización de los trabajadores del sistema para formalizar una ‘política de vendedores ambulantes’ que se estará presentando en diciembre. “Desde el 1 de octubre se vinculó como contratista de la entidad el ex alcalde menor de Chapinero (Bogotá), que fue el que dio el ejemplo a nivel nacional de organización de vendedores ambulantes. En diciembre haremos el lanzamiento de la nueva política y se empezará a implementar en el 2018”, dijo Orejuela.
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¿Cultura ciudadana?, ¿dónde?
Según los usuarios consultados, el segundo lugar de los ‘pecados’ del MIO es que no ha logrado fortalecer el componente de cultura ciudadana que perseguía desde un principio y con el que buscaba rescatar el título de ‘ciudad cívica’ que alguna vez había adornado el nombre de Santiago de Cali: en las estaciones se presentan tumultos, personas que ingresan a los buses a la fuerza sin esperar que las otras salgan y pasajeros que no respetan las sillas preferenciales. Sin embargo, reconocen, esta no es una falla únicamente del sistema, pues el buen comportamiento está más relacionado con las cualidades de cada persona y no tanto con la operación de los buses.
Para poner en marcha lecciones pedagógicas, Metrocali cuenta con 250 gestores ciudadanos que hacen presencia en los puntos de mayor flujo de pasajeros. Además, desde hace cuatro meses se puso en marcha un seminario formativo dirigido a los conductores de los buses para que se capaciten en temas de cultura ciudadana, proyecto al que han adherido 400 de ellos. “Estamos trabajando en la calle con los gestores de cultura ciudadana y en el seminario con nuestros operadores porque ellos son la cara del sistema. El cambio no se da de la noche a la mañana y también depende de lo que esté dispuesto a hacer el ciudadano para proteger algo que es suyo”, puntualizó el presidente de Metrocali.
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Bajas frecuencias y extensos tiempos de espera
Los cambios en los tiempos de espera de los buses y la poca frecuencia de algunas rutas son otro de los males que atormentan a los usuarios del MIO, sobre todo en los trayectos para los que existe una única opción. Desde la administración de Metrocali se ha identificado esta como la problemática más grande y el proyecto más importante que lidera la entidad, pues requiere hacer cambios estructurales de gran envergadura como abandonar la idea de que el sistema puede ser autosostenible. Según Nicolás Orejuela, “estamos buscando que el gobierno nacional pueda reconocer una diferencia tarifaria entre lo que se le cobra al usuario y lo que realmente cuesta movilizar a un pasajero. Si esto se logra podemos pensar ya en una nueva flota y en una política de servicios. La movilidad en el masivo debe entenderse como un derecho fundamental y como un servicio público esencial”.
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De acuerdo con Orejuela, movilizar a un pasajero en el MIO le cuesta a Metrocali cerca de $3200, pero el usuario solo paga $1900.
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Inconvenientes con los puntos de recarga
Tras la decisión de GANE de no servir más como intermediario para recargas de tarjetas del MIO, miles de usuarios de vieron afectados. Actualmente, aunque se han podido devolver el servicio a más de 70 puntos de esta empresa, las quejas sobre las caídas del sistema, las fallas en las máquinas de recargas y las taquillas sin operarios siguen siendo un tema de conversación frecuente. En total, Metrocali tiene 385 puntos de recarga y le está apostando a la utilización de las máquinas inteligentes, que evitan la presencia de taquilleros. “Esto hace parte de la crisis del sistema, este año hemos logrado implementar 149 nuevos puntos y estamos evaluando alternativas con Gane para tener mayor cobertura”, dijo Nicolás Orejuela.
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Deterioro de la flota
Puertas de estaciones dañadas, falta de extintores en los buses y daños en los aires acondicionados son otras de las situaciones con las que tienen que convivir los usuarios del MIO debido a que la flota ya lleva varios años en funcionamiento y presenta un notable deterioro. A esto, claro, se le suma la falta de cultura ciudadana de aquellos que arrojan la basura en lugares no dispuestos para ello. Desde la gerencia de Metrocali se asegura que estos problemas se van a solucionar con los cambios estructurales que está gestionando la entidad. “Todo lo que implique frecuencia y reposición de flota requiere que tengamos un nuevo marco contractual y en eso es en lo que estamos trabajando. Este año hemos estado enfocados en darle una respuesta estructural al sistema y creo que estamos a punto de lograrlo”, aseguró Orejuela.
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Inseguridad, el pan de cada día
El sexto punto crítico de acuerdo con las opiniones de los usuarios consultados es la inseguridad, pues muchos delincuentes aprovechan los tumultos en la estaciones para esculcar carteras y maletines y sacar objetos de valor como celulares y billeteras. Otro karma se vive cuando hay encuentros deportivos en el Pascual Guerrero y los hinchas salen a hacer de las suyas en las estaciones cercanas. Para hacerle frente a este problema, a finales de septiembre se cerró un convenio entre la Alcaldía y la Policía Metropolitana de Cali que dispuso a 300 oficiales y auxiliares de la entidad para que estuvieran en los puntos de mayor impacto en materia de inseguridad del sistema.
Como parte de dicho convenio, actualmente está en proceso la compra de 19 motos y 4 vehículos en los que la Policía recorrerá los carriles troncales y pretroncales con el fin de mitigar las acciones en contra del buen funcionamiento. Además, en diciembre iniciará una etapa piloto consistente en la instalación de cámaras de seguridad en parte de la flota para generar un efecto persuasivo y disuasivo hacia las personas que pretenden cometer delitos.
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Precio no consecuente con la calidad del servicio
De manera menos frecuente pero no menos importante, los pasajeros se quejan del costo de los pasajes del MIO comparado con el servicio y sus deficiencias. Algunos más osados se atreven a decir que el sistema de transporte masivo no tiene las mismas ventajas de los buses urbanos, en los que era común pedirle rebaja al conductor. No obstante, el precio para ingresar a las estaciones o a los articulados es el mismo que cobran actualmente los otros buses e incluso menor que la tarifa de los llamados ‘piratas’, carros particulares o taxis que prestan el servicio de transporte colectivo. “En el MIO hay varios factores que hacen la diferencia: los usuarios van en buses más modernos y que protegen el medio ambiente, hay aire acondicionado en la mayoría de ellos, los conductores ya tienen acceso a seguridad social y a prestaciones sociales, hay carriles preferenciales y otros elementos que lo hacen más atractivo”, finalizó el presidente de Metrocali.