Bogotá

Una apuesta por convertir a Bogotá en un territorio de colegios STEM

Una iniciativa busca transformar a la ciudad en epicentro de formación de talentos para enfrentar los retos de la Cuarta Revolución Industrial. Una apuesta por convertir a Bogotá en un territorio de colegios STEM.

Bogotá Territorio STEM es una iniciativa de la Secretaría de Educación Distrital que busca convocar a representantes de diferentes sectores sociales para trabajar de manera articulada en la transformación del ecosistema educativo con foco en la ciencia, la tecnología y las matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), las habilidades del siglo XXI.

Para cumplir este objetivo se ha elegido a un selecto grupo de actores claves que impactan la educación desde distintos sectores como la academia, el sector productivo, la comunidad educativa, las organizaciones sociales, la industria 4.0, el gobierno de la ciudad, entre otros.

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Dentro de este grupo, denominado G8, resalta la intervención del Colegio Santa Francisca Romana, más conocido como Las Pachas, líder en educación para la innovación, pionero en el desarrollo de competencias STEM y en la enseñanza del pensamiento computacional. Entidades como Maloka, la Consejería Distrital para las TIC y la Cámara de Comercio de Bogotá también hacen parte de este selecto grupo.

PUBLIMETRO habló con Liliana Arango González, rectora de este colegio femenino, quien habló sobre los retos que tiene la ciudad en términos educativos.

Una apuesta por convertir a Bogotá en un territorio de colegios STEM

¿Desde hace cuánto vienen trabajando en el desarrollo de habilidades STEM?

Arrancamos hace seis años implementando un currículo para el desarrollo de habilidades como el pensamiento computacional y la robótica. Después introdujimos otros elementos de creatividad, innovación y emprendimiento con una materia que se llamaba Inn- Genius, en la que las estudiantes eran orientadas por los profes para trabajar en equipos resaltando las diferentes habilidades de cada estudiante. Ellas tenían que identificar una problemática y diseñar un producto para solucionarla, con todo y prototipos con impresión en 3D.

Con base en esa experiencia, ¿cuál es el principal reto que tienen los colegios para implementar nuevos currículos educativos?

En nuestro caso generaba algo de temor hacer cambios de contenidos curriculares teniendo en cuenta que teníamos una trayectoria de excelencia académica que no podíamos exponer. Los cambios tenían que generar el mismo reconocimiento de los resultados de las niñas en las Pruebas Saber 11 y de otros espacios académicos.  Pero resulta que la innovación también se basa en el pensamiento crítico entonces hay que aprovecharlo y conectarlo con un sentido social. (…) Todo eso es STEM. No se trata solo de enseñar ingeniería sino de tener una mirada del mundo en la que se puedan aplicar todos los conocimientos para solucionar temas de la vida real.

¿Cuál es el primer paso que cualquier colegio debe dar para generar un currículo STEM?

Se necesita una decisión de la dirección del colegio de definir cuáles son los nuevos elementos que se quieren incluir y no dejarlos simplemente a discreción de los profesores, porque a veces ellos son muy buenos, pero si se van los programas no tienen continuidad. También hay qué buscar a los docentes que estén más motivados en aplicar este tipo de metodologías prácticas y capacitarlos para que también pueda promover liderazgo y motivar a otros. Así se genera una sensibilización en cascada sobre los cambios en la metodología de educación. También hay que salir del colegio y formar redes para compartir buenas prácticas.

¿Qué se necesita para cambiar la forma tradicional cómo se enseña en Colombia?

Esta iniciativa (Bogotá Territorio STEM) es un ejemplo claro de lo que se tiene que comenzar a hacer. Lo que hizo la Secretaría de Educación fue unirnos a varios y generar un ecosistema. Lo que hace falta es actualizar la capacitación de los docentes, pues en las carreras de licenciatura hace falta incluir elementos de la educación de hoy. Sin embargo, educadores tenemos el gran reto de no conformarnos con lo que hemos hecho hasta el momento y repensar el rol de los colegios para la sociedad del futuro. Tenemos la responsabilidad de pensar cómo ajustamos los currículos y las prácticas pedagógicas para que respondan a lo que la sociedad necesita. El mundo es muy retador para la juventud y lo que les espera demanda otro tipo de habilidades. El hecho de que de pronto nosotros no las tengamos no quiere decir que no podamos ayudar a que ellos las desarrollen.

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