La investigación por una serie de muertes presuntamente causadas por talio en Bogotá enfrenta hoy un obstáculo determinante que ha impedido avanzar en una de sus líneas más sensibles: el cuerpo de una de las posibles víctimas fue incinerado, lo que imposibilita realizar nuevos análisis forenses. Se trata de la esposa de Juan de Bedout, cuyo fallecimiento, ocurrido años antes de la reciente tragedia, es ahora objeto de sospecha dentro del expediente que adelanta la Fiscalía General de la Nación.
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El caso cobró notoriedad nacional tras la muerte, en la primera semana de abril de 2025, de dos niñas de 13 años, quienes consumieron frambuesas contaminadas con talio, un metal pesado altamente tóxico. Otras dos personas resultaron gravemente intoxicadas. Por estos hechos, la Fiscalía logró que un juez emitiera una orden de captura internacional contra Zulma Guzmán Castro, señalada como presunta responsable del envenenamiento.
Durante el avance de las investigaciones, los fiscales detectaron una coincidencia inquietante: la madre de una de las menores fallecidas había presentado, años atrás, una intoxicación por talio y murió posteriormente en 2021. Esa mujer, identificada como la esposa de Juan de Bedout, fue cremada tras su fallecimiento, una decisión que hoy se convierte en el principal freno para esclarecer si su muerte estuvo relacionada con el mismo patrón criminal.
El talio, el “veneno de los venenos”
Expertos consultados explican que el talio es considerado uno de los venenos más peligrosos del mundo por ser incoloro, inodoro e insípido, lo que dificulta su detección. El toxicólogo Camilo Uribe explicó que este metal es altamente liposoluble, lo que le permite adherirse al tejido graso y distribuirse rápidamente en el organismo, afectando el sistema nervioso, el corazón, el hígado y los riñones.
En Colombia, la venta y comercialización del talio está prohibida desde los años 70, precisamente por su alta letalidad. Además, ninguna clínica del país cuenta con pruebas rápidas para detectarlo, lo que hace que muchos casos se confundan inicialmente con intoxicaciones alimentarias comunes.
Talio, frambuesas y una cremación: el giro que complica el caso de las muertes en Bogotá
Según fuentes judiciales, aunque existen registros médicos que indican que la esposa de Juan de Bedout tuvo niveles elevados de talio en su organismo, hoy resulta imposible confirmar si esa sustancia influyó directamente en su muerte, debido a que la cremación destruye cualquier rastro físico que permita nuevos estudios toxicológicos.
“El cuerpo ya no puede ser exhumado ni analizado. Esa prueba se perdió para siempre”, explicó un investigador vinculado al caso. Esta situación limita a la Fiscalía a trabajar únicamente con historias clínicas, testimonios y documentos, sin poder realizar contraperitajes científicos.
El endocrinólogo Julio Portocarrero, quien atendió a la mujer antes de su muerte, señaló que el estrés extremo causado por una intoxicación por talio pudo haber debilitado su sistema inmunológico, facilitando la reactivación de un tumor previo, aunque aclaró que en Medicina no existen certezas absolutas.
Un crimen que aún deja preguntas
Para los abogados de las familias, las coincidencias entre la muerte de la esposa de Juan de Bedout y el caso de las frambuesas envenenadas son demasiadas para ser ignoradas. Sin embargo, la incineración del cadáver cerró una puerta clave para la justicia.
Mientras Zulma Guzmán Castro continúa prófuga y bajo circular roja de Interpol, la Fiscalía mantiene abiertas varias líneas de investigación. El caso sigue generando conmoción, no solo por la brutalidad del crimen, sino porque una decisión tomada años atrás hoy impide conocer toda la verdad.

