Bogotá

¿Qué se sabe de la banda de la moto naranja, señalada de la trágica muerte de Jean-Claude Bossard?

Este acontecimiento expone la desconexión entre las denuncias ciudadanas previas y la respuesta policial en el norte de Bogotá.

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La banda de la moto naranja que ejecutaba delitos en Usaquén @ardila_edil en la red social X

El pasado 2 de diciembre de 2025, un intento de hurto en el norte de Bogotá, resultó en la muerte de Jean-Claude Bossard, un administrador de empresas de 29 años. El incidente se produjo cuando dos asaltantes a bordo de una motocicleta intentaron despojarlo de un celular y una cadena de oro. En la respuesta policial, uno de los presuntos delincuentes fue abatido, mientras que el otro, un adolescente de 16 años, resultó herido.

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Este caso no solo evidenció la violencia del crimen organizado, sino que subraya la frustración de una comunidad que, según múltiples reportes, ya había alertado a las autoridades sobre la presencia y el accionar de estos delincuentes.

La identidad de la organización criminal se construyó alrededor de su principal herramienta, una motocicleta de color naranja, cuyas actividades delictivas en los barrios del norte de la ciudad habían sido previamente denunciadas.


El alcalde Carlos Fernando Galán admitió que había solicitado reforzar la vigilancia y que la motocicleta ya estaba en el “radar” policial. El mandatario también denunció un déficit crítico de seguridad en Bogotá. Con menos de 16.000 policías (por debajo de 200 por cada 100.000 habitantes), la ciudad enfrenta una carencia de personal.

Sin embargo, el problema, según Galán, se agrava por el marco legal: las normas actuales están permitiendo la puesta en libertad de delincuentes armados recién capturados. Específicamente, en casos de hurto de vehículos, el 70 % de los capturados quedan libres.

Asimismo, el general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, reconoció un enfrentamiento previo con los asaltantes el 10 de noviembre y la posterior activación de “planes especiales”.

Andrés Ardila Vega, edil de Usaquén, había hecho pública la presencia de la moto 18 días antes del crimen, una alerta que, en sus palabras comentó en X: “Es frustrante haber denunciado y que no haya trascendido para que las autoridades investigaran y dieran con su paradero”.

Por otro lado, el coordinador de Zona Segura Usaquén, Hernán Castro, se sumó a esto, confirmando a Noticias Caracol que la misma motocicleta estuvo involucrada en atracos a un restaurante y a un joven en octubre y noviembre.

Esta secuencia de declaraciones confirma que los responsables del crimen no eran sujetos desconocidos, sino individuos cuyas actividades ya habían sido señaladas por la ciudadanía y eran objeto de la atención de las autoridades.

Este homicidio pone el foco en la necesidad de revisar los protocolos de acción de la Policía Metropolitana. La comunidad, al identificar y reportar un vehículo con patrones de conducta delictiva, permitió una identificación más rápida.

Cifras de seguridad en la Bogotá

Esta problemática se disparó en el tercer trimestre, alcanzando su punto más álgido en octubre con 13.000 casos, superando los 11,000 reportados en septiembre. Un dato crucial es que 19,957 de estos delitos se perpetraron con armas de fuego, lo que demuestra la escalada de violencia en el hurto cotidiano.

       

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