Las horas que siguieron a la agresión que terminó con la vida del estudiante de la Universidad de los Andes, Jaime Esteban Moreno, continúan siendo pieza fundamental dentro del proceso judicial contra Ricardo González Castro, señalado como uno de los implicados en los hechos ocurridos en la madrugada del 31 de octubre en Bogotá. Durante la audiencia de medida de aseguramiento realizada el jueves 13 de noviembre, la Fiscalía General de la Nación expuso nuevos elementos que permitirían reconstruir la conducta del joven después del ataque.
Según la fiscal Elsa Reyes, González regresó a su puesto de trabajo ubicado en San Victorino, en el centro de Bogotá, al día siguiente del evento, es decir, el 1 de noviembre. Allí cumplía funciones en un puesto de comidas rápidas tipo food truck, donde trabajaba desde meses atrás. Las autoridades sostienen que el comportamiento del joven en ese lapso posterior será determinante para definir su nivel de responsabilidad en el homicidio doloso agravado que se le imputa.
“Lo encontró llorando con un celular en la mano”: testimonio clave sobre Ricardo González tras la muerte de Jaime Esteban Moreno
Uno de los testimonios más relevantes fue el de J. C. G., jefe del procesado, quien relató que González llegó al trabajo usando la misma ropa oscura que portaba durante la noche del ataque, incluyendo unas llamativas orejas de conejo, parte del disfraz que llevaba en medio de la celebración de Halloween. Al comienzo de la jornada no notó nada sospechoso, incluso debió llamarle la atención porque tenía retrasos en sus tareas.
El jefe afirmó que hacia las 3:00 de la tarde recibió una llamada del empleado, quien le pidió que regresara al local. Al llegar, lo encontró llorando y con un celular en la mano. Fue entonces cuando González le mostró una noticia en redes sociales: una foto de tres capturados por el caso del estudiante de Los Andes. Ante la pregunta de si estaba con ellos, habría respondido que sí, añadiendo que sabía que estaban buscando a un cuarto agresor y que él era esa persona. “Solo lo empujé”, habría dicho entre lágrimas, según el testigo.
Videos de cámaras de seguridad coinciden con su presencia en el establecimiento durante la mañana del sábado. Un compañero aseguró que el joven mencionó haber peleado y presentaba raspones en el cuerpo, pero “no sabía que el muchacho había fallecido”.
La defensa, encabezada por la abogada Marcela López, sostuvo que la reacción emocional del acusado demuestra que se enteró de la muerte de Moreno en ese mismo momento, lo que —según su argumento— explicaría que decidiera viajar a Cartagena en busca de su familia, descartando que se tratara de una huida.
Finalmente, la orden de captura contra González Castro fue oficializada el 7 de noviembre, y tres días después él mismo se presentó de manera voluntaria en una URI de la Fiscalía en Cartagena, donde se hizo efectiva su judicialización. Por ahora, la jueza deberá definir si se le impone o no medida de aseguramiento mientras avanza el proceso.

