El caso de Laura Camila Blanco, una periodista de 27 años que perdió la vida tras caer desde el noveno piso de un edificio en el noroccidente de Bogotá, continúa generando conmoción nacional. A tres meses del hecho, su novio, Óscar Santiago Gómez, capturado por las autoridades por el presunto feminicidio agravado, se mantiene firme en su versión inicial: asegura que Laura se suicidó luego de una fuerte discusión. Sin embargo, las inconsistencias en su relato y los resultados de la autopsia han puesto en duda esa afirmación.
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La tragedia ocurrió en la madrugada del 27 de julio de 2025, cuando los vecinos alertaron a las autoridades sobre la caída de una mujer desde un apartamento. Al llegar al lugar, el subintendente Arnold David Ortiz encontró a Gómez “en alto grado de alicoramiento” y con una actitud que describió como “inusualmente tranquila”. Según su testimonio, el joven afirmó que Laura le dijo que se quitaría la vida y que él no logró sostenerla cuando intentó detenerla.
Las contradicciones que podrían cambiar el rumbo del caso por la muerte de Laura Camila Blanco
No obstante, desde el primer momento, la familia de Laura rechazó rotundamente la hipótesis del suicidio. Su madre, Cecilia Blanco, insistió en que su hija no tenía motivos para atentar contra su vida y que, por el contrario, estaba entusiasmada con nuevos proyectos laborales y personales.
Una relación marcada por el control y los conflictos
Laura, egresada con honores de la Universidad Sergio Arboleda, conoció a Óscar Santiago Gómez en la agencia de marketing Grupo RED, donde él era su jefe directo. Según allegados, la relación se tornó tensa con el paso del tiempo. Amigos y familiares describen a Santiago como una persona controladora y celosa, que revisaba los teléfonos, redes sociales y correos electrónicos de Laura.
Su mejor amiga, Salomé Salazar, contó que Santiago le prohibía ciertas amistades y decidía incluso cómo debía vestirse. La madre de Laura confirmó esas actitudes: “Si alguien le hacía un comentario en Instagram, él se ponía furioso”.
Uno de los episodios más graves ocurrió en febrero de 2025, durante una fiesta de quince años, cuando la discusión por el vestido de Laura terminó en agresiones verbales y físicas. Su hermano, Joan Blanco, tuvo que intervenir para detener la pelea. Aunque la joven terminó la relación, Santiago la buscó hasta que regresó con él meses después.
La noche de la tragedia
El 27 de julio, la pareja celebraba el grado universitario de Óscar junto con varios amigos en el apartamento. Según su declaración jurada ante el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), en medio de la reunión surgió una discusión en la habitación principal. Gómez relató que Laura se tornó agresiva y que luego corrió hacia la ventana:
“Ella deslizó la ventana, subió el pie izquierdo y en ese momento avancé para cogerla, pero vi cuando se lanzó al vacío”.
Sin embargo, este relato presenta contradicciones clave. El subintendente Ortiz anotó en su informe que al llegar al lugar la ventana “estaba cerrada”, algo que no coincide con la versión del acusado. Además, mientras Gómez dijo que solo había tres personas en el apartamento, la Policía reportó la presencia de siete testigos, quienes confirmaron haber escuchado la pelea pero no intervinieron.
El abogado de la familia, Osvaldo Medina, ha cuestionado el silencio de los presentes: “Es inexplicable que nadie actuara ni escuchara los gritos. Debemos determinar si hubo omisión o encubrimiento”. Hasta ahora, ninguno de ellos ha sido vinculado formalmente al proceso.
El dictamen forense cambia el rumbo del caso
El punto de inflexión llegó con el informe de Medicina Legal. El examen determinó que Laura no murió por la caída, sino que fue estrangulada antes de precipitarse. El documento oficial señaló como causa de muerte “asfixia mixta” y calificó el hecho como una muerte violenta que orienta a homicidio.
El médico forense Aníbal Navarro explicó que se hallaron signos de sofocación y estrangulación, así como lesiones en las uñas y manos que evidencian una lucha por sobrevivir. “Estos rastros muestran que la víctima estaba consciente e intentó defenderse”, precisó.
Con base en estas pruebas, la Fiscalía General de la Nación ordenó la captura de Óscar Santiago Gómez el 21 de agosto de 2025. Durante la audiencia de imputación, la defensa del joven insistió en que se trató de un suicidio y que él “intentó salvarla”. No obstante, Gómez no aceptó los cargos de feminicidio agravado y permanece recluido mientras avanza la investigación.
Un país que exige justicia
El caso de Laura Camila Blanco ha reavivado el debate sobre la violencia de género y la impunidad en los casos de feminicidio en Colombia. Su familia y amigos mantienen viva la exigencia de justicia, mientras las autoridades continúan recolectando nuevas pruebas periciales y testimonios.
“Ella no se lanzó, a Laura la mataron”, repite su madre con la esperanza de que la verdad prevalezca. Aunque el proceso judicial avanza lentamente, las evidencias forenses y las contradicciones en el relato del acusado han reforzado la hipótesis de un crimen que hoy simboliza la lucha por esclarecer la verdad y proteger la vida de las mujeres en el país.

