La historia de Harold Aroca García, un joven de 16 años, terminó de la manera más trágica en un bosque del sur de Bogotá. El adolescente desapareció el 5 de agosto de 2025 en el barrio Los Laches, localidad de San Cristóbal, y fue hallado sin vida cinco días después por su propia familia.
Su madre, Diana Carolina García, recibió la primera alerta desde Cali, donde residía, a través de una llamada y un video estremecedor que comenzó a circular el 6 de agosto. En las imágenes, que ella prefiere no haber visto directamente, se observa a Harold siendo sujetado por la sudadera e increpado por al menos cinco jóvenes, uno de ellos con un arma de fuego.
La búsqueda se convirtió en una carrera contra el tiempo. Diana viajó a Bogotá y se adentró en una pesadilla: recibió una llamada en la que le exigieron $500.000 pesos por un supuesto “rescate”. “¿Por qué la policía no actúa?”, sigue preguntándose la madre, quien denuncia inacción y falta de respuesta en los momentos más críticos.
El dolor de Diana García: halló el cuerpo de su hijo Harold Aroca tras cinco días de búsqueda
Según el testimonio de Diana, el caso tiene relación con el asesinato de un joven llamado Diego, integrante de la banda “Los Ranchos”, ocurrido el 3 de agosto. Al día siguiente, Harold habría comentado en el colegio: “Yo sé quién lo mató”.
Ese comentario, confirmado por compañeros de clase, habría sido interpretado por los miembros de la banda como una delación. “El papá me confirmó que Harold estuvo en casa todo ese día. ¿En qué momento fue a mandar una ubicación?”, insiste Diana, rechazando la versión que vinculaba a su hijo con el hecho.
La búsqueda y el hallazgo
Tras cinco días sin respuestas concretas, la familia organizó una marcha y una velatón el 10 de agosto. Una pista clave llegó a través de las redes sociales: un comentario anónimo, luego borrado, que decía “Búsquenlo por el bosque”. Aunque un policía les aseguró que era imposible que Harold estuviera allí, la familia decidió actuar por su cuenta.
Fue la propia Diana, acompañada de familiares y amigos, quien encontró el cuerpo de su hijo en un lote del acueducto. Estaba oculto bajo ramas. “Mi hijo nos dejó moneditas por todo el camino”, relató la madre, convencida de que Harold quiso dejarles una señal para poder ser encontrado.
En el lugar, la familia se enfrentó a lo que describen como un operativo policial insensible, más centrado en grabar el cuerpo que en proteger la escena. Posteriormente, en Medicina Legal, encontraron una nota macabra junto al cuerpo: “Esto le pasa por sapo”.
Denuncias e irregularidades
Diana acusa graves irregularidades en la investigación. Señala que las autoridades intentaron clasificar el caso como una disputa entre bandas de microtráfico, algo que rechaza categóricamente: “Harold no tenía nada que ver con drogas”. Además, asegura que una orden de allanamiento para buscar a su hijo, supuestamente emitida el 7 de agosto, nunca se ejecutó.
Un llamado a la protección
En medio del dolor, Diana se reunió con el alcalde Carlos Fernando Galán para proponer medidas de seguridad en los bosques de Bogotá, con el objetivo de proteger a los niños y adolescentes. “Quiero evitar que las madres sientan lo que yo siento”, concluye.
El caso de Harold no solo expone la vulnerabilidad de los jóvenes frente a la violencia de las bandas, sino también la urgencia de que las instituciones garanticen una respuesta efectiva y sensible ante tragedias que dejan familias enteras en medio de la desolación.

