Claudia Patricia Segura, contratista de la Alcaldía de Bogotá, continúa bajo observación médica y emocional luego de ser víctima de una agresión en una sala de espera del Aeropuerto Internacional El Dorado el pasado domingo 27 de julio. A cuatro días del ataque, su estado de salud sigue siendo motivo de preocupación tanto para ella como para sus allegados.
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De acuerdo con su abogada, Maité Bayona, la víctima aún no cuenta con un diagnóstico definitivo sobre las secuelas del golpe que recibió en la cabeza, aunque ya se han identificado afectaciones en el oído interno derecho, además de traumas en tejidos blandos que también han comprometido su ojo izquierdo. “Claudia no tiene en estos momentos un diagnóstico definitivo sobre las secuelas que le ha generado la situación que se presentó en el aeropuerto El Dorado el pasado domingo. Sí se ha identificado que tiene una lesión en el oído interno derecho y han diagnosticado otras variables por las cuales han ordenado citas con especialistas”, explicó la abogada en entrevista con medios nacionales.
Impacto psicológico y posible revictimización
Además del daño físico, la agresión ha tenido un efecto psicológico considerable. Bayona señaló que su cliente está profundamente afectada emocionalmente y podría requerir acompañamiento terapéutico: “Está muy perturbada como consecuencia de este golpe y de esta vulneración de sus derechos que vivió el domingo pasado”.
La situación se torna aún más crítica al considerar el protocolo de atención posterior a la agresión. Según relató la defensora, los funcionarios del aeropuerto no actuaron de manera oportuna ante el incidente, a pesar de haber presenciado el altercado. “Si existen protocolos de atención con funcionarios con capacitación y con información clara de violencias basadas en género, no se hicieron presentes en el momento oportuno y como consecuencia de ello se produce el terrible desenlace”, cuestionó la abogada.
Un hecho adicional que ha generado indignación es el traslado de la víctima en el mismo vehículo que su agresor hacia la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Engativá, donde Segura interpuso la denuncia. Para la apoderada, este acto representa una forma de revictimización y una nueva expresión de violencia institucional basada en género.
Secuelas en evaluación y llamado a la justicia
Actualmente, Claudia Segura está a la espera de nuevas valoraciones médicas por parte de especialistas en otorrinolaringología y neurología, además de las consultas en salud mental que ya han sido recomendadas. La gravedad del golpe recibido con un teléfono celular, así como las circunstancias en las que se dio el ataque, han encendido las alarmas sobre la necesidad de fortalecer los protocolos de atención en espacios públicos, especialmente en casos que involucran violencia de género.
El caso continúa en investigación y la representación legal de la víctima exige que las autoridades judiciales actúen con celeridad y garanticen un proceso libre de impunidad y revictimización.