Después de meses de cielos grises y aguaceros casi diarios, Bogotá y varias regiones del país podrían estar a punto de vivir un respiro climático. Según el IDEAM, el Fenómeno de La Niña ya no cumple las condiciones para seguir activo y la temporada de lluvias entraría en su fase final entre finales de junio y comienzos de julio de 2025.
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El alivio llega justo cuando los embalses del sistema Chingaza —que abastece el 70 % del agua potable de la capital— han recuperado niveles óptimos. Con esto, la ciudad podría cerrar un ciclo de racionamiento que duró casi un año, decretado por el alcalde Carlos Fernando Galán ante la dramática disminución de las reservas hídricas.
Sin embargo, no todo fue positivo. La intensidad de las precipitaciones también provocó desastres: inundaciones en vías principales, colapsos en la movilidad urbana, deslizamientos de tierra y emergencias en municipios de Cundinamarca marcaron estos meses de lluvias intensas.
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Ahora, con el incremento de temperaturas —hasta 1,5 °C por encima de lo habitual—, Colombia se prepara para una etapa más cálida. Aunque se esperan algunas lluvias esporádicas, el predominio será de tiempo seco, especialmente en ciudades como Bogotá. Para este viernes, el pronóstico indica mañana seca, aumento de nubosidad en la tarde y probabilidad de lluvias ligeras en sectores como Suba, Engativá, Barrios Unidos y Ciudad Bolívar.
El país cambia de cara climática, y con él, los hábitos de millones de personas. Las sombrillas podrían descansar, pero los ojos siguen puestos en el cielo.
Afectaciones por lluvias en Bogotá: inundaciones, deslizamientos y caos en la movilidad
Durante los últimos meses, Bogotá ha enfrentado una temporada de lluvias intensas asociadas al fenómeno de La Niña, que ha generado múltiples emergencias en la ciudad. Las precipitaciones han provocado inundaciones, deslizamientos de tierra y afectaciones en la infraestructura vial, impactando significativamente la vida cotidiana de los habitantes.
Inundaciones y colapso vial
Las lluvias han causado encharcamientos en diversas calles de la capital, complicando el tránsito en sectores clave de la ciudad. Según reportes de las autoridades, las zonas de Teusaquillo, Chapinero, Usaquén, Suba y Engativá fueron las más afectadas por las precipitaciones y el granizo.
Uno de los eventos más críticos ocurrió en noviembre de 2024, cuando la Autopista Norte colapsó debido a intensas lluvias que causaron inundaciones, atrapando a miles de personas en sus vehículos. La vía, construida hace 75 años sobre el humedal Torca-Guaymaral, ha enfrentado históricas fallas de infraestructura que se han exacerbado por el cambio climático. Más de 2.300 personas fueron rescatadas, incluidos numerosos estudiantes.
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El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) reportó que, en un solo día de noviembre de 2024, se atendieron 41 emergencias asociadas a las lluvias, incluyendo deslizamientos de tierra, inundaciones y caída de árboles. Estas situaciones afectaron principalmente a localidades como Ciudad Bolívar y San Cristóbal.
Recomendaciones y medidas preventivas
Ante la persistencia de las lluvias, las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada sobre las condiciones climáticas y seguir las indicaciones de los organismos de gestión del riesgo. El IDEAM ha pronosticado que las precipitaciones continuarán durante mayo, con una disminución gradual hacia junio y julio. Se espera que las lluvias sean cercanas a lo normal, aunque con posibles déficits en algunas regiones.
Es fundamental que los ciudadanos tomen precauciones, como evitar zonas propensas a inundaciones, no arrojar basura en las calles para prevenir el taponamiento de alcantarillas y estar atentos a las alertas emitidas por las autoridades.
La colaboración entre la comunidad y las entidades gubernamentales es clave para mitigar los efectos de la temporada de lluvias y garantizar la seguridad de todos los habitantes de Bogotá.