En una operación interinstitucional liderada por la Secretaría de Ambiente, la Alcaldía Local de Chapinero, la Policía Nacional, la Personería de Bogotá y otras entidades del Distrito, fue suspendido el funcionamiento del reconocido bar Canalla 85, ubicado en la Calle 84 bis #13-43, al norte de Bogotá.
La decisión se tomó como medida preventiva tras constatar en flagrancia una serie de presuntas infracciones a la normativa ambiental vigente, especialmente relacionadas con el manejo inadecuado del ruido, además de faltas documentales graves.
Durante la visita de control y seguimiento, los funcionarios detectaron que el establecimiento no contaba con mecanismos adecuados de aislamiento acústico, operaba con puertas abiertas, sin vidrios ni contrapuertas, lo que generaba afectaciones directas al entorno. Además, se evidenciaron inconsistencias entre la dirección registrada en la Cámara de Comercio y la ubicación real del local, según confirmó la placa catastral, así como documentos faltantes esenciales para su operación.
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Las mediciones del ruido fueron realizadas por técnicos de la Secretaría de Ambiente mediante sonómetros certificados, tal como lo establece la Resolución 0627 de 2006. Estas verificaciones permitieron determinar el exceso de niveles sonoros por fuera de los límites legales.
La alcaldesa local de Chapinero, Alexandra Mejía, indicó que este procedimiento hace parte de una serie de inspecciones en tres polígonos críticos de la localidad, y que la Calle 85 ha sido objeto de numerosas quejas por parte de los vecinos. En total, la jornada arrojó un sellamiento ambiental, una sanción por uso de pólvora, otra por falta de documentación y dos cierres preventivos ordenados por la Policía.
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La secretaria de Ambiente de Bogotá, Adriana Soto, explicó que la medida aplicada al bar se fundamenta en el Decreto 1076 de 2015 y en la Ley 1333 de 2009, y busca mitigar los impactos negativos sobre el medio ambiente y la salud de los ciudadanos. “El establecimiento fue sellado y no podrá reabrir hasta cumplir con las condiciones requeridas”, enfatizó Soto.
Desde la administración distrital, las autoridades reiteraron que seguirán con estos operativos de control contra el ruido en bares y discotecas, y que la prioridad es garantizar la paz y la convivencia ciudadana. “Aquí sí pasa. Le vamos a poner orden a la problemática del ruido en Bogotá”, concluyó la funcionaria.
Finalmente, se hizo un llamado a los establecimientos comerciales de la ciudad para que cumplan con la normativa ambiental y adopten medidas que protejan el bienestar colectivo, evitando sanciones o suspensiones.

