Bogotá enfrenta una severa crisis hídrica debido a una prolongada sequía exacerbada por el fenómeno de El Niño, lo cual ha llevado a las autoridades a implementar medidas de racionamiento de agua para gestionar la escasez. Esta situación crítica ha puesto en alerta a la ciudad, especialmente respecto al abastecimiento proveniente del Sistema Chingaza, crucial para satisfacer la demanda de agua potable.
PUBLICIDAD
Según los datos más recientes hasta el 9 de julio, los embalses del Sistema Chingaza mostraron una ligera mejora, alcanzando el 45,18%, comparado con el 44,80% registrado el día anterior. Aunque esta recuperación es modesta, las autoridades insisten en mantener las restricciones vigentes para evitar un déficit de agua en el futuro próximo.
Se hace un llamado a los ciudadanos de Bogotá a mantener una gestión consciente y conservadora del agua, dado que el consumo diario alcanzó los 15,96 metros cúbicos por segundo el 9 de julio, subrayando la importancia de la responsabilidad colectiva en momentos de escasez hídrica.
A principios de este mes, Bogotá experimentó una disminución en los niveles del Sistema Chingaza, generando preocupación sobre una posible intensificación de la sequía. Sin embargo, días recientes han mostrado estabilidad, aliviando las tensiones entre los residentes de la capital.
Además del racionamiento, las precipitaciones ligeras en áreas circundantes han contribuido al aumento de los embalses. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) pronostica la llegada del fenómeno de La Niña en los próximos meses, esperando que esto mejore significativamente los niveles de agua en los embalses.
La Niña, opuesto a El Niño, se caracteriza por temperaturas más frías en el Océano Pacífico central y oriental, lo cual generalmente resulta en un aumento de las lluvias en varias regiones del mundo. En Colombia, este fenómeno podría traer consigo una recuperación en las condiciones de sequía, incrementando las precipitaciones en la región.
