Una preocupante situación alimentaria ha surgido en la capital colombiana, donde un significativo 34% de los hogares batallan para asegurar las tres comidas diarias, según revela un estudio realizado por la Veeduría Distrital sobre el Hambre Oculta en Bogotá.
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Las localidades más afectadas por la escasez de alimentos nutritivos incluyen Bosa, Suba, Kennedy, Engativá y Usaquén, donde la situación se agrava aún más para aquellos de estratos socioeconómicos bajos.
Más de 3.100 personas y hogares participaron en esta encuesta de percepción, expresando su preocupación por la disminución en la cantidad y calidad de los alimentos consumidos a diario, atribuyendo esta crisis a dificultades económicas y el deterioro de la economía.
Los resultados preliminares, hasta la primera semana de mayo de 2024, revelan que aunque el 60% de los hogares aún tienen acceso a tres comidas diarias, muchos se enfrentan a la realidad de consumir frutas, verduras y carnes rojas una o dos veces por semana. Incluso, un alarmante 34% de los hogares apenas pueden garantizar entre una y dos comidas al día.
Las cifras demográficas subrayan las desigualdades, mostrando que los hogares de estrato 1 y 2 destinan menos de $600.000 mensuales para la compra de alimentos en las áreas más afectadas.
Este panorama se suma a un estudio anterior realizado en 2023 por la Veeduría Distrital, que evidenció disparidades significativas en la calidad de la alimentación de los residentes de Bogotá.
La veedora distrital, Viviana Barberena, enfatizó la complejidad del problema del hambre oculta y la seguridad alimentaria, señalando que requiere una acción coordinada y multidimensional de todas las entidades del Distrito.
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“Es un tema que trasciende la mera disponibilidad de alimentos; necesitamos aprovechar las potencialidades económicas locales y promover la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones relacionadas con la alimentación”, declaró Barberena.
Para abordar esta situación, el Plan Distrital de Desarrollo ha propuesto medidas concretas bajo el objetivo de reducir la pobreza y erradicar el hambre, que incluyen el aumento de raciones de comida en los servicios sociales y la expansión de espacios de comercialización.
