El domingo 14 de julio comenzó la aventura con el viaje de Bogotá a Ciudad de México y continuó al día siguiente con el vuelo, cuyo destino era Tijuana. Efectivamente, camionetas de Volvo asistieron al aeropuerto para llevarnos hasta Vesta Alamar, donde iniciaría la experiencia de la Volvo EX30.
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Varios vehículos partieron en caravana con rumbo a Ensenada por la vía Esénica y fue entonces cuando pudimos comprobar la fuerza del automóvil para acelerar a gran velocidad sin que se sienta forzado. Esto, gracias a que su motor cuenta con una potencia de hasta 200 kwh, e incluso, puede pasar de 0 a 100 kmh en tan solo 5.3 segundos.
En este recorrido pudimos notar varios detalles interesantes relacionados con el diseño del carro. En primer lugar, la comodidad de los pasajeros en el habitáculo es óptima, no solo por sus dimensiones, sino porque ampliaron las cavidades de las llantas, con la finalidad de dar más espacio a los pies, especialmente a copiloto y conductor. Este último, que solo se debe preocupar por dos pedales porque el carro es automático.
Incluso, es relativo que sean dos pedales los que tiene que usar el conductor, pues hay una función de autonomía de frenado, es decir, que reduce su velocidad tan pronto se suelta el acelerador.
Pero si hablamos netamente del habitáculo, es imposible no mencionar la gran pantalla central inteligente, que ocupa 12.3 pulgadas y controla varios aspectos que pueden facilitar el trabajo del conductor, pues no se encarga solo del entretenimiento, sino que también se encarga del cuadro de instrumentos, incluyendo el movimiento de los espejos, prender las luces estacionarias, manejar el nivel del aire acondicionado, indicar la velocidad y también la cantidad de batería que conserva el vehículo, cuyo recorrido estimado alcanza para aproximadamente 400 kilómetros.
Hay otro detalle que Volvo incorporó pensando en la seguridad y es un sistema de alerta al conductor, que consiste en que una cámara lee sus párpados y si detecta síntomas de cansancio, envía un aviso sugiriendo que se tome un descanso. Además, si nota que el conductor desvía la mirada del frente, también manda una notificación para evitar distracciones que se puedan convertir en accidentes.
Por supuesto, también está incluida la cámara 360 de asistencia para estacionar, junto a varios sensores alrededor del carro, que no solamente captan a los demás vehículos, sino también a las personas que se aproximen.
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Para no hacer más largo el relato, el segundo día partimos desde las calles de Tijuana con rumbo al Valle de Guadalupe, en un recorrido que duró aproximadamente dos horas y 30 minutos, cuyo suelo estaba formado principalmente de tierra y arena.
Sin embargo, el terreno no presentó ninguna dificultar para la camioneta y aunque hubo baches en el camino, el confort de la suspensión del vehículo, no permitió que se sintiera el golpe de los altibajos que tenía la vía.
El tercer y último día fue el regreso desde el Valle de Guadalupe a Vesta Alamar, donde al final del recorrido, los vehículos quedarían estacionados. Este viaje nos presentó un terreno marcado por las curvas peligrosas, que implicaban sumo cuidado para tomarlos, y es allí cuando entra una nueva función que impide que el vehículo se salga de su carril, haciendo que el propio timón se enderece para quedar nuevamente bien posicionado.
Otras características atractivas son: la guantera ahora está en la parte central con acceso a las dos personas de adelante, incluyendo un túnel para guardar objetos y la reubicación de las bocinas de sonido, que ya no están en las puertas, sino arriba del tablero de instrumentos.
Para finalizar con las características, la propuesta de Volvo es hacer un vehículo eléctrico, sostenible y seguro, por tal razón, 30% del plástico de parachoques es reciclable, al igual que un 25% del aluminio en el chasis y un 17% entre acero y plástico, hecho que no solamente es la proporción más alta de cualquier automóvil Volvo hasta la fecha, sino que su huella de dióxido de carbono, durante el ciclo de vida, se reduce cerca de un 25%, haciéndolo amigable con el medio ambiente.
¿Cuánto vale una EX30?
Es importante anotar que esta edición del vehículo tiene tres modalidades: Core, Plus y Ultra, cuyas diferencias se presentan en detalles como la capacidad de batería, el tamaño de los rines o el tipo de techo, asimismo varían sus precios.
Sin embargo, la edición más económica de este carro se puede conseguir en Colombia a partir de los 43,990 dólares (aproximadamente 180 millones de pesos).
Ángela Bolívar, gerente de mercadeo de Volvo en Colombia, contó que, para sorpresa de la empresa, entre septiembre y diciembre del año pasado, lograron hacer una preventa de 300 unidades, donde la gente lo compró solo guiándose con catálogo e información por internet.
Así mismo, Dante Martínez, director de mercadeo para México, dejó claro que las ventas han sido todo un éxito, pero quieren seguir por el camino de cuidar al medio ambiente y Volvo tiene un proyecto a mediano plazo para lograrlo:
“Vamos a ser 100% eléctricos al 2030, pero vamos a ser climáticamente neutros al 2040, sabemos que el camino es la electrificación”, dijo Dante Martínez.