La presencia de mascotas en el hogar puede tener un impacto significativo en la vida emocional de los niños, además de ayudarles a desarrollar un sentido de responsabilidad desde temprana edad. Según los pediatras, tener un perro, gato, conejo u otro animal en la familia puede ser sumamente beneficioso, especialmente cuando los niños participan activamente en su cuidado.
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Los especialistas en el tema señalan que cuidar de una mascota permite a los niños aprender sobre responsabilidad y establecer un vínculo afectivo importante. Esta interacción con las mascotas enriquece la vida emocional de los niños, brindándoles una experiencia valiosa de cuidado y conexión con otro ser vivo.
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¿A qué edad los niños pueden tener mascotas?
No obstante, surge la interrogante sobre cuándo es adecuado que los niños asuman la responsabilidad de cuidar de una mascota. Los expertos sugieren esperar hasta que los niños tengan al menos 5 o 6 años, momento en el cual son capaces de comprender plenamente que las mascotas son seres vivos que requieren cuidados adecuados. Advierten que los niños más pequeños pueden involuntariamente asustar o enfadar a una mascota, lo que aumenta el riesgo de accidentes como mordeduras.
En cuanto al tipo de mascota, se recomienda que aquellas que requieren menos cuidados sean más adecuadas para niños más pequeños, como hámsters, peces o tortugas. Por otro lado, los perros y gatos, que necesitan atención diaria, son más apropiados para niños mayores que pueden asumir responsabilidades más complejas en su cuidado.
Es fundamental que los niños participen en el cuidado de la mascota de acuerdo con su edad y capacidad. Por ejemplo, un niño de 8 años puede encargarse de jugar con la mascota o asegurarse de que tenga agua fresca, mientras que a un adolescente se le puede pedir que saque a pasear al perro, fomentando así su desarrollo emocional y responsabilidad desde una edad temprana.