Bogotá celebra que el Parque Metropolitano Simón Bolívar es de nuevo reconocido como parque carbono neutro manteniendo el liderazgo en Latinoamérica, es un orgullo que refleja décadas de esfuerzo por construir un pulmón verde en pleno Bogotá. Y al mismo tiempo celebramos que Bogotá haga parte del circuito internacional de conciertos y que la economía del sector cultura y deporte crezca mas que el PIB del país.
La historia del Parque Simón Bolívar es la historia de la Bogotá moderna. Surgió sobre los terrenos de la antigua Hacienda El Salitre donados en 1936 y donde la idea de un parque comenzó a tomar forma. En 1968, con la visita del papa Pablo VI se erigió el Templete Eucarístico que encontramos junto al lago y su playa artificial.
La visión de un gran parque metropolitano se oficializó con la Ley 31 de 1979, que creó el Parque Simón Bolívar y que posteriormente, en 1982 se reglamentó mediante el Plan Maestro del parque metropolitano Simón Bolívar, trazando su desarrollo a largo plazo, para 1983 era un espacio capaz de acoger cada domingo miles de bogotanos. Desde entonces, generaciones de ciudadanos y alcaldías han aportado a la consolidación de este corazón verde: a partir de 1995 se convirtió en la casa de Rock al Parque, luego del festival de verano, y de muchos de los festivales musicales que dan cuenta del alma diversa de Bogotá.
Consolidar al parque como parte de la estructura ecológica ha sido un reto constante, y los frutos se ven: lograr ser el primer parque carbono neutro de la región significa que aquí se miden, reducen y compensan al 100 % las emisiones de gases de efecto invernadero, alcanzando un balance cero de CO₂. Detrás de este título hay un trabajo técnico riguroso: en los últimos años se han reciclado más del 80% de los residuos generados en el parque, se produce compost con los residuos orgánicos (incluyendo el popó de los perros) y se promueve la movilidad sostenible para los visitantes. Gracias a estas estrategias, el parque logró obtener la certificación de carbono neutralidad desde 2022; lograr mantenerla en el 2025 es la muestra de que los bogotanos, juntos podemos sacar nuestra ciudad adelante.
Paradójicamente, justo cuando celebramos estos logros, el futuro del Parque Simón Bolívar enfrenta nuevas amenazas. En los últimos meses ha generado polémica la construcción del Centro de conciertos “Vive Claro” en un predio que hace parte del plan maestro del parque. Este proyecto ha sido impulsado por un operador privado pero sin el consenso de la comunidad, sin aprobación como exige la norma del comité del Plan Maestro del parque. En las últimas semanas hemos visto cómo las inundaciones de este centro dan cuneta del valor ecológico de esta zona, y cómo el riesgo es latente para los asistentes a conciertos, y además de las quejas de afectaciones por ruido al hospital universitario que queda justo en frente de este espacio.
Como bogotanos que hemos visto este parque ser el reflejo de la historia de la ciudad, no queremos que se convierta en el símbolo de los errores de planeación o de la cultura del atajo o del más fuerte que ha permeado nuestra sociedad. Queremos que siga consolidándose como el gran parque metropolitano soñado y construido desde hace décadas por alcaldes, funcionarios y por todos los bogotanos que vamos al Simón, a ver el lago, respirar aire más puro, y encontrar un oasis de tranquilidad.

