Es increíble. En el mundo Junior suceden unas vainas que hacen cada día más difícil entender a la prensa, la afición, y a todo el entorno del equipo. Pero ojo, son vainas que no tienen una clara explicación del por qué suceden. Al mejor estilo de Cantinflas: si pero no, no pero sí, cuando es no, es sí, y cuando es sí, es no. En fin. Por eso mí titular en esta columna tiburona.
A sol de hoy, 7 de octubre de 2025, Junior es segundo en la tabla de posiciones de la liga II con 25 puntos. Debería pasar un “maremágnum” deportivo para que el equipo de Alfredo Arias no clasifique a los cuadrangulares semifinales faltando seis juegos por disputar: tres en casa, ante Pereira, Santa Fé y Nacional. Y por fuera del Metro, ante Alianza FC, América y Fortaleza. Pero lo que todos sí se preguntan es ¿por qué tienen qué dejar la clasificación para lo último? Y tengan en cuenta que ha sido una tradición en los últimos años del club barranquillero, a diferencia es que en esta oportunidad, Junior ha cabalgado en los primeros lugares durante las 14 fechas disputadas.
Y cuando digo que todo alrededor de Junior es incomprensible, me refiero a la cómoda posición que tiene el equipo frente a sus rivales. Como bien dice el técnico Arias, algo deben tener sus muchachos en el conjunto, para estar donde están. Y que los otros clubes, algo deben estar haciendo mal para estar por debajo de ellos. Pero es ahí donde entra la otra famosa polémica de la calidad y el nivel de nuestro fútbol colombiano. Si Junior, con esos números que tiene, 25 puntos, 7 victorias, 4 empates y tres derrotas, no encanta, y ni mucho menos llena su estadio, ¿qué se podrá pensar de los demás?
Pero viene otra cosa que en la cancha sí se refleja. De esos datos que no quisiera entregar, pero que son verdades inocultables. Junior, en liga, de esas tres derrotas que carga a cuestas, una fue contra el peor Millonarios, y la otra contra Unión Magdalena que no había ganado de local durante la temporada. La reciente ante Tolima, con más de seis opciones claras para darle vuelta al marcador. Pero dolieron más a la afición rojiblanca, mucho más que las derrotas, esos dos empates en condición de visitante ante Once Caldas y DIM, que ganando 2-0, al tiburón literalmente le sacaron los triunfos del bolsillo, dejando al final esos resultados 2-2. Ni que decir del empate en el último minuto de La Equidad en Barranquilla, un 1×1 que dejó a más de uno piedro a las afueras del coloso de la Ciudadela 20 de Julio. Si hablamos especialmente de esos tres partidos ante el blanco blanco, el poderoso y el club asegurador, con esos nueve puntos, ya Junior hubiera asegurado su tiquete a cuadrangulares de manera anticipada. Pero ajá, si mi abuelita estuviera viva, no estuviera muerta...
Y eso que no te he hablado de la copa Colombia, y la pena que pasaron ante Huila, Atlético, y ante uno de los peores América de los últimos años. Es que pasan unas vainas repito, que nadie las entiende. Pero esto es lo que toca, esto es lo que hay.
Como bien dice el profe, “el sol saldrá mañana y todo cambiará..” Y ojalá pronto, porque en esta recta final de nuestra cuestionada liga, cualquier cosa puede pasar.