Por lo que vemos en los medios y las redes sociales, Luis Carlos Reyes es diferente. No es el típico político que grita o que busca salir en las noticias a toda costa. Él es un economista, un profesor, un historiador con un estilo más tranquilo. Por lo que hemos visto, lo suyo es una ética firme y, al parecer, su vocación pública no depende del espectáculo.
Se formó en Estados Unidos y, al volver a Colombia, fundó el Observatorio Fiscal de la Javeriana. Su trabajo consistió en algo que casi nadie hace: vigilar de cerca cómo se gasta la plata de todas y todos, desenmascarar la falta de claridad en los presupuestos y hacer que el lenguaje complicado de la economía sea fácil de entender. Esa dedicación le valió el apodo de “Mr. Taxes”. No es una burla, es el reconocimiento de su obsesión por enseñarnos de dónde viene y a dónde va el dinero de nuestros impuestos.
Durante el gobierno de Gustavo Petro, asumió la Dirección de la DIAN con una misión enorme: modernizar la entidad, frenar la evasión y reconstruir la confianza en esa institución. Por la información disponible, lo hizo sin escándalos y con firmeza. Es evidente que testificó y, al parecer, entregó pruebas. Salió del gobierno sin buscar el sensacionalismo, solo diciendo la verdad de manera calmada y directa. Su estilo, sin estridencias, incomoda a la política, porque no se acomoda a sus lógicas.
Periodismo, fe y un diálogo revelador
Esta es la primera entrevista de la nueva temporada de “Mujer y Sociedad”. La preparé con mi compromiso profesional que siempre pongo en mi trabajo. Desde hace más de una década y media, mi compromiso es nunca ocultar mi relación con las fuentes y, como educomunicadora, considero vital decirles desde qué lugar les estoy contando las cosas. Actualmente, estoy inmersa en mi maestría, en el activismo y en la vida misma. Esto me impulsa a buscar herramientas actuales para abordar temas que son de fondo. Todo lo que van a leer a continuación es mi interpretación y mi punto de vista, una reflexión personal, no una pronunciación definitiva sobre el tema.
Por alguna razón, yo no tenía claro que Luis Carlos Reyes era un hombre cristiano protestante. Este hecho hizo que el diálogo se enfocara de una manera muy especial en la Libertad de credo y conciencia, y en la relación entre el Estado y la Iglesia. Me pareció altamente impactante el hecho de que una persona cristiana protestante haya trabajado de la mano de Gustavo Petro y le haya creído a su línea de pensamiento.
Al final, terminé totalmente enganchada en la conexión entre la Iglesia y el Estado. Este diálogo me impactó mucho, toca temas muy profundos. Pude concluir que su denuncia y su manera de confrontar al presidente tienen, al parecer, mucho que ver con su sistema de valores, el cual es bíblico.
Como colombiana, defiendo la libertad de pensamiento, conciencia y afiliación. He sido muy crítica con la inquisición moderna, esa que practican hoy quienes alguna vez fueron perseguidos por sus creencias y ahora tratan de someter a las minorías sexuales o a las personas que no son creyentes. Me da mucha rabia ver que las iglesias, que siempre hacen partidismo, se dividen por temas espirituales, mas se unen para intentar negarles derechos a quienes no piensan como ellas.
Aunque había preparado la entrevista con preguntas sobre las denuncias al gobierno, el miedo que puede sentir por su seguridad, la angustia por las finanzas colombianas, y su visión de la política, por mi percepción, lo que realmente sobresalió fue su pensamiento. Le dije que no creía que pudiera ser presidente en este momento. Su respuesta fue muy especial.