Junior pudo haberle ganado en la tanda de penales a Atlético, y salvar su clasificación a la fase de cuartos de la copa Colombia, pero no borrar de la mente de su afición esa terrible noche cuando un equipo de la B, de los coleros del torneo de ascenso, le pintó la cara en el Pascual Guerrero.
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El mea culpa fue inmediato, como también darle vuelta a la página y pensar en el siguiente compromiso que era el clásico costeño ante Unión Magdalena. Pero la vaina fue igual. Es más, casi que peor, porque ese “ciclón” sopló tan fuerte, que humilló a todos en Barranquilla, a miles de kilómetros de distancia.
Eso sí que dolió, porque fue ante el archirival de la región, fue en el clásico, y porque Unión no ganaba de local. Muchos dijeron, como siempre, que el equipo samario se alistaba durante la temporada sólo para ganarle a Junior. Eso piensa el fanático rojiblanco. Ardido, molesto, con la piedra afuera, en fin. Pasó también ante Millonarios, otro rival que resucitó de la mano de Junior. Razón tienen muchos al pensar y decir que la banda de Alfredo Arias se graduó de “levanta muerto”. Suena feo, pero es la realidad. Dura es la ley, pero es la ley.
Por la mente del técnico tiburón seguramente han debido pasar muchas cosas después de esos dos horrorosos partidos, donde al final en ambos juegos, ha llegado al mismo sentimiento: VERGÜENZA. Por lo menos, ha sido muy autocrítico, y sin temor a decirlo, ni mucho menos ocultarlo, como otros entrenadores que pasaron por el equipo más con mentiras, con penas, que con glorias.
En efecto, como lo anunció en la conferencia de prensa post Unión Magdalena, se encerró en su sede deportiva a trabajar. A corregir, a llamar la atención, a jalar las orejas, a “cocotear” si fue necesario, a ensayar variantes porque seguramente las habrá ante La Equidad este viernes en el estadio Metropolitano. Totalmente válido porque este Junior necesita, y está a tiempo aún, con los ahorros de ser líder, de un recambio. Línea por línea.
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La gran pregunta ahora es, ¿Qué pasará ante La Equidad? Ojalá y este pequeño león herido, no venga a la arenosa a prender las alarmas. Porque ojo, aunque Junior esté arriba en la tabla, y con un pie adentro en la fiesta de fin de año, una derrota ante otro “chico”, le “pararía los pelos” a don Fuad, y algo podría pasar.
Es que tanta humillación junta, es fatal!!