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Por el Derecho a amar a Bogotá

“Ojalá las decisiones en la política sobre nuestros territorios y regiones pensáramos en formas de amar a la ciudad; no solo de sacar provecho y que luego otros resuelvan”: el concejal Julián Triana nos explica los logros del nuevo Plan de Desarrollo de Bogotá

El concejal Julián Triana nos explica los logros del nuevo Plan de Desarrollo de Bogotá
Bogotá / Julián Triana

Cuando tienen una cita con alguien que les gusta ¿Cómo se preparan? ¿Lo piensan mucho? o más bien, ¿lo que caiga… un “ya veremos”? En mi caso y si es la primera, pienso en cómo me voy a vestir, qué voy a decir, de qué podríamos hablar, la hora, el día, el lugar; pienso en que todo tiene que salir bien, si quiero además otra cita.

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Ahora bien, la discusión sobre el Plan de Desarrollo en el Concejo se sintió como si me preparara para una cita y pienso entonces ¿Qué tanto nos gusta Bogotá? Creo que es una ciudad de poco cariño, carente de afecto. Poca emoción hay en las terminales y en los aeropuertos cuando volvemos al “caos” de la ciudad. Eso, Bogotá es una ciudad caótica y quizá por ello es carente de amor… Pienso en Andrés Caicedo -a quién estuve releyendo estos días- cuando al definir Cali y a un amor dice: “La odio porque odiar es querer y aprender a amar”. Y pensaba ¿Qué tal si aprendiéramos de Bogotá y así, aprender a amarla?

Ojalá las decisiones en la política sobre nuestros territorios y regiones pensáramos en formas de amar a la ciudad; no solo de sacar provecho y que luego otros resuelvan. Pienso en amarla para cuidarla y disfrutarla. Amar a Bogotá para vivirla dignamente, trabajar por ella y por quiénes vendrán.

Tal como se pueden imaginar, el Plan de Desarrollo es la gran apuesta del Distrito por darnos otra oportunidad para habitar mejor la ciudad, y para ello junto con mi equipo, nos preparamos organizando y conformando las bancadas que nos interesan: juventud, diversidad, Economía Popular, la canábica y nuestra gran bandera la bancada por la lectura y la escritura, que puso al Concejo a hablar de libros.

Nos citamos en las localidades de Bosa, Kennedy, Suba, Usaquén, Chapinero, Teusaquillo, La Candelaria, Ciudad Bolívar, -aún nos faltan muchas, a las que seguiré volviendo- en las que hicimos laboratorios ciudadanos, llamados “Populabs” sobre Género, Medio Ambiente, Educación, Cultura y Juventud para saber lo que la gente espera y quiere de este nuevo Plan De Desarrollo.

Hoy ya luego de haberse terminado el debate y sancionado por la Alcaldía el día viernes, me alegra contarles que no solo hemos avanzado con nuestras propuestas, nos inventamos otras y sobre todo hemos tratado de poner suelo firme al amor que sentimos por Bogotá logrando:

● Una ciudad que se deja conocer por sus libros y bibliotecas, con 8 nuevos espacios bibliotecarios, que sean un destino turístico dotándolos de un presupuesto para cubrir el déficit.

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● Una ciudad más segura, que se dé a conocer por dar garantías de seguridad para disfrutarla cuando sus inspectores de seguridad salgan al territorio

● Una ciudad que reconozca sus recursos ambientales, se enfoque en una educación ambiental desarrollando tecnología para su preservación y también, un pago a quienes los cuidan, específicamente el del agua.

● Una ciudad que permita recorrer sus calles y la gente pueda escoger cómo movilizarse por eso, queremos ampliar el sistema compartido de bicicletas.

● Una ciudad pionera en la formación de masculinidades cuidadoras y no violentas. Algo que demandan los debates políticos de nuestro tiempo.

● Una ciudad que invite al turismo y al aprendizaje de nuestro idioma.

● Una ciudad que esté a la vanguardia de la política de sustancias psicoactivas, que hable de prevención de riesgos y daños y no de la prohibición, una deuda con el país frente a los debates globales.

● Una ciudad que cuida a sus jóvenes y a sus mujeres habitantes para que las colocaciones de empleo tengan ese enfoque diferencial y superar la precarización laboral.

● Una ciudad que pueda disfrutarse las 24 horas con todos los servicios para garantizar una jornada nocturna.

Quiero contarles que no escatimamos en ilusiones y hacemos todo lo posible para que cada apuesta que hacemos nos abra la posibilidad de vivir Bogotá dignamente, conocerla y amarla. Politizamos las ideas con nuestros afectos, pues siendo honesto, las causas que me llevaron a la política, si bien surgen de mi biografía, también han surgido de la comunión con otras formas de habitar la ciudad que reclaman el derecho a amar a Bogotá.

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