Según la veeduría distrital el 80% de las mujeres en Bogotá han sufrido acoso callejero, miradas, seguimientos, tocamientos, hasta llegar a casos de abuso y violencia. Las mujeres no se sienten seguras en el espacio público y por eso mismo no lo usan mucho, de hecho, hay horarios totalmente restringidos para las mujeres, en especial si están solas. Esa inseguridad se traslada a un espacio público más específico como son los escenarios deportivos, tanto los que hay en los parques, como los de las escuelas.
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De acuerdo con un estudio realizado por dos arquitectas polacas, Honorata Grzesikowska y Ewelina Jaskulska, los niños y las niñas se mueven de forma diferente en los patios de los colegios, mientras que los niños ocupan el centro y usan todo el espacio para moverse, las niñas se acumulan en los bordes y no usan el centro del patio, esta segregación de acuerdo al género también corresponde a un diseño que está pensado principalmente para los niños y especialmente para los niños que juegan fútbol y no para aquellos que prefieren otro deporte. De acuerdo con las investigadoras, esto desestimula la actividad física de las niñas y las aparta del deporte.
En el diseño de los escenarios deportivos recreativos, aquellos que se ubican en parques y colegios, no se piensa en diversificar las actividades y promover que las niñas participen en los juegos más fuertes o que requieran más contacto físico, por el contrario, se relega a las niñas a las actividades pausadas, ojalá de poco movimiento, si a esto le sumamos que deben usar uniformes de falda, que restringen, aún más, el movimiento, lo que se obtiene es menos niñas en los deportes y menos posibilidades de que se acerquen a él.
Los escenarios deportivos, al igual que todo el espacio público, debe ser diseñado con enfoque diferencial y teniendo en cuenta a las niñas, las jóvenes y las mujeres. Deben ser espacios iluminados, que no estén aislados o escondidos, que incluyan varias actividades, lo que permite que haya más personas y por lo tanto más compañía.
Lograr que haya más mujeres en el deporte significa que ellas se sientan seguras en los espacios dónde lo practican y que los diseños correspondan a necesidades puntuales que las niñas tienen, baños adecuados, camerinos donde puedan cambiarse.
Hasta ahora hemos creído que el espacio público es igual para todos y que si se diseña para un niño o un hombre todos se sentirán incluidos, pero lo cierto es, que las mujeres seguimos estando por fuera de los escenarios deportivos porque estos no están pensados para nosotras.
La próxima vez que se diseñe un parque, un patio de recreo de una escuela o un cancha para el conjunto de apartamentos, se debería pensar si lo que están diseñando permite que más mujeres usen ese espacio o las hace sentir inseguras.