Opinión

No se cambió nada

“Otra cosa es nombrar a dedo a amigos y amiguetes de sus familiares en puestos importantes, embajadas, ministerios sin importar el conocimiento necesario para el cargo. Esto lo hacían los anteriores gobiernos y se pensó que esta Colombia Humana no lo iba a hacer”: Andrés Charria

Armando Benedetti le echó la culpa a la "rabia y el trago" por amenazas que lanzó contra Sarabia
VENEZUELA COLOMBIA Armando Benedetti, EFE/ Miguel Gutiérrez (MIGUEL GUTIERREZ/EFE)

Tal vez escribir sobre el escándalo de Benedetti y Sarabia en estos momentos no es más que volver a decir lo mismo; poco menos tengo que decir sobre el propio escándalo. Pero me queda una reflexión sobre el actual gobierno y su presidente, que seguramente también se ha hecho pero que me parece pertinente.

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No veo nada de malo que el presidente que se dice de izquierda utilice zapatos de marca o viva en una casa en un lugar privilegiado a las afueras de Bogotá, eso al final poco importa. No todos los políticos pueden tener la coherencia de el viejo Pepe Mujica en Uruguay, que llegaba al congreso en un Volkswagen escarabajo bastante maltratado y que vive en una casa rural campesina muy modesta; o como Juan Carlos Flores, exconcejal de Bogotá, que renunció a las escoltas, carros con chofer y demás prebendas para seguir su vida de siempre, en servicio público de trasporte y con una mochila terciada. Seguramente es más cómodo estar en un carro con chofer como cualquier concejal o presidente y vivir en grandes casas con todo incluido, eso son gustos.

Lo que sí me parece doloroso es la forma en que se llegó al poder y cómo está haciendo exactamente lo mismo que sus odiados antecesores, veamos:

Es claro que uno se rodea de amigos, no de enemigos, más cuando es presidente de la República, tiene tal cantidad de frentes que cubrir y tantas posibilidades de cometer errores, que lo mejor es nombrar en puestos claves aquellas personas que antes que nada son conocedoras del tema que irán a manejar y son de confianza. Otra cosa es nombrar a dedo a amigos y amiguetes de sus familiares en puestos importantes, embajadas, ministerios sin importar el conocimiento necesario para el cargo. Esto lo hacían los anteriores gobiernos y se pensó que esta Colombia Humana no lo iba a hacer.

Adicional a lo anterior, se reunió con lo peor de nuestra fauna política nacional para intentar gobernar; Roy Barreras, Armando Benedetti y otros más que han pasado por todos los partidos políticos y se han tomado fotos con todos los presidentes como mejores amigos y participantes del gobierno. Barreras ha paseado por Partido Liberal (2000-2006), Cambio Radical (2006-2009), Partido de la U (2009-2020), Alianza Democrática (2021-2022), La Fuerza de la Paz (desde 2022)... una veleta total que está siempre, curiosamente, en el partido de gobierno.

Siguiendo con esas malas mañas, el gobierno actual está utilizando el sistema de seguridad para hacer exactamente lo que antes criticaban y fueron víctimas: chuzadas, intervenciones, perfilamientos etc. Seguramente con propósitos diferentes a los de sus antecesores pero al fin y al cabo los mismos métodos. Chuzar a magistrados, periodistas o niñeras es lo mismo, y no se debe hacer a ninguna persona sin una orden judicial.

También se reunió y negoció con lo peor de la politiquería nacional para intentar aprobar sus proyectos. Gaviria y Dilian Francisca apoyan lo que hace unos pocos días rechazaban, los puestos en el Fondo Nacional del Ahorro y otras gabelas curiosamente les cambiaron la visión de el sistema de salud y del trabajo en Colombia.

Finalmente, recordando a Samper Pizano, parece que su campaña política para presidente recibió sumas importantes de dinero y seguramente utilizando lo ya aprendido en el proceso 8.000 debió ser a sus espaldas.

Los que votaron por el actual presidente y su vicepresidenta lo hicieron esperando un cambio de las prácticas de antaño, esperaban no volver a oír mencionar a Roy Barreras, Armando Benedetti, César Gaviria y otros especímenes del bestiario tropical, y que se gobernara de verdad para las clases menos favorecidas.

Finalmente, y para acabar, este gobierno que no ha hecho nada de izquierda, olvidó dos de los pilares fundamentales de Cuba como son el deporte y la cultura. Empecemos por el deporte: no hay nada más icónico que Alberto Juantorena cuando ganó los 400 y los 800 metros planos en los olímpicos de Montreal, o Ana Fidelia Queirot en los campeonatos mundiales de Gotemburgo, con sus cicatrices por la quemadura, que gana los 800 metros planos. Ni qué decir de Silvio Rodríguez o Leonardo Padura, exponentes de la música y la literatura cubana. No, acá ni el Ministerio del Deporte ni el de Cultura funcionan en este gobierno de la Colombia Humana.

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