Opinión

Opinión: Al alcalde

“Cortar cintas es la actividad más realizada en los últimos meses de cualquier alcalde que se respete. Pueden haber prometido cuarenta colegios, no importa, inaugurarán tres con bombo y platillos”: Andrés Charria

Claudia López, alcaldesa de Bogotá, presenta el prototipo del vagón del metro de Bogotá.
Claudia López, alcaldesa de Bogotá, presenta el prototipo del vagón del metro de Bogotá. Claudia López, alcaldesa de Bogotá, presenta el prototipo del vagón del metro de Bogotá. (Juan Pablo Pino)

Las interminables obras públicas de andenes en Bogotá empiezan a terminarse; lógico, en poco tiempo empieza la campaña a la alcaldía. Mal haría la actual alcaldesa en no hacer lo que por décadas hacen todos los alcaldes salientes: empezar a inaugurar así sean andenes, para decir antes que nada que se trabajó y, después, para pedir que voten por su sucesor. Politiquería nacional. Cortar cintas es la actividad más realizada en los últimos meses de cualquier alcalde que se respete. Pueden haber prometido cuarenta colegios, no importa, inaugurarán tres con bombo y platillos.

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Como viene un nuevo alcalde, me parece adecuado pedir (como al Niño Dios, pero en este caso a un ser humano que espero me cambie la vida en algún aspecto, por mínimo que sea) seguridad, movilidad, tranquilidad, cualquier cosa.

No voy a hablar del Metro, el ego de todos los alcaldes que hemos tenido es mucho mayor que la capacidad de aguante de los bogotanos; como esa empresa no se desarrolla en 4 años, no les interesa iniciar algo que ellos no van a inaugurar. Es decir que pedir que aprueben, pre aprueben o al menos planeen algo serio del metro es utópico. El metro no lo veré yo con mis 57 años, no creo que lo vea mi hija con 24, aunque espero que mis nietos se puedan montar en la línea 1 dentro de vaya usted a saber en cuánto tiempo. Más aún cuando el actual presidente también quiere meter la mano en este proyecto.

Salvo esto, se le pueden pedir varias cosas al próximo encargado de Bogotá. La primera y tal vez la más sencilla es que no digan estupideces; frases como “cambie de colegio al chino”, “venda el carro” o “de malas” no son de recibo para el que parece que es el segundo cargo más importante de Colombia (con la venia del actual Fiscal). Las redes sociales y los micrófonos son grandes tentaciones para decir bobadas, pero se puede conseguir alguna persona sensata que sepa decir lo que el alcalde quiera sin que parezca una estupidez.

Arreglar el tráfico sería algo de muy buen recibo, tenemos claro que no hay lugar para nuevas vías, las que tenemos son malas, angostas y aparecieron en los últimos años nuevos actores como domiciliarios, patinetas eléctricas, bicicletas y ciclorrutas. Hay mucho en lo que se puede mejorar y no se trata del pico y placa; cualquier vía principal tiene siempre dos o tres personas parqueadas por cualquier razón; camiones de carga que dejan algo en un almacén, personas que van al cajero, alguien que recoge un familiar en una clínica o carros de guardaespaldas que cuidan al jefe mientras almuerza. Si logran retirar de las calles una cantidad de carros que obstaculizan las vías es un gran triunfo. Igualmente, poner en cintura a actores ilegales como bicicletas con motor y bicitaxis que son peligrosos y precarios. Finalmente, entrenar a los policías de tráfico para que lleguen rápido al lugar de un accidente también es una solución relativamente sencilla que estoy seguro que mejoraría de manera importante el desesperante tráfico bogotano.

Mejorar las ciclorrutas. Estas no tienen principio ni fin, se cortan intempestivamente en cualquier sitio, son inseguras y en muchos casos están invadidas por vendedores o cualquier otra persona que se siente con derecho a ocupar “un pedacito” de la vía.

Sería bueno intentar cambiar la dinámica de las obras públicas; no puede ser que arreglar un andén de menos de cien metros pueda durar lo mismo que lo que se demora un constructor privado en levantar un edificio. Sería interesante que el mayor criterio para adjudicar una obra pública no fuera precio sino duración. Otra petición es acabar las obras: alcantarillas sin tapa, vías sin señalización y escombros por todos lados que no son recogidos son parte de nuestro día a día. La ciudad es incómoda y las reparaciones inconclusas aumentan esta molestia.

En Bogotá tenemos claro que no se trata de un alcalde de derecha o de izquierda, todos han sido bastante mediocres. Espero que sean eficientes, que mejoren la ciudad y que se acuerden que la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos depende de las decisiones que ellos tomarán. Esto va mucho más allá de lo que a su ego le indique.

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