La responsabilidad y acciones individuales como gestoras del cambio colectivo

Luke Jerram's New 'Floating Earth' Debuts In Wigan WIGAN, ENGLAND - NOVEMBER 22: The sun sets behind artist Luke Jerram's 'Floating Earth' at Pennington Flash on November 22, 2021 in Wigan, England. The floating Earth will hover over Pennington Flash for 10 days from November 19, as part of a celebration of Wigan and Leigh's watercourses and is the first time one of Jerram's globes has been floated on an open expanse of water. (Photo by Christopher Furlong/Getty Images) (Christopher Furlong/Getty Images)

En esta época electoral he escuchado hablar a los ciudadanos colombianos sobre la necesidad de un cambio, de elegir un gobernante que trabaje por el país y que solucione los problemas económicos, sociales y ambientales que tenemos para que, como consecuencia, todos vivamos mejor. Este deseo, traducido en un objetivo mundial, me hace pensar en la Visión 2050, la hoja de ruta que desde el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) y CECODES nos hemos propuesto para que en las próximas tres décadas, más de 9.000 millones de personas vivan bien sin rebasar los límites del planeta. Con estas conversaciones entendí que aunque no tenemos claridad sobre nuestra responsabilidad individual, sí invocamos constantemente la responsabilidad empresarial y gubernamental.

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Como siempre lo menciono, mantengo la convicción profunda de que necesitamos buenos seres humanos, pues son ellos quienes tienen la capacidad innovadora de cambiar de mentalidad y de construir una sociedad basada en el desarrollo sostenible. Por esta razón, mi llamado es a que la responsabilidad individual fundamente la sostenibilidad. Y en esa perspectiva, las posiciones de liderazgo ocupan un rol esencial. El líder, entendido como un padre o madre de familia, un rector de colegio o de universidad, un líder social, un director empresarial o una autoridad de gobierno. Si promovemos este enfoque, la transparencia, escucha activa y mejora continua personal, serán irradiados y se convertirán en fuente de inspiración para todos ciudadanos, y con ello el cambio que buscamos al elegir presidente comenzará por nosotros mismos. En otras palabras, el secreto está en la coherencia entre lo que decimos y hacemos. Así generamos confianza como líderes, inspiramos el cambio.

Para materializar la responsabilidad individual por medio de acciones concretas, el WBCSD junto con otras organizaciones como One planet, la agencia de comunicaciones Futerra, la UNESCO y UN environment, concibieron una estrategia de comunicaciones que permite a los individuos ser parte de la Agenda Global de Naciones Unidas, conocida como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y que busca para 2030 poner fin a la pobreza, al hambre, lograr igualdad de género y proteger la vida marina y terrestre de nuestro planeta, entre otras metas. La estrategia se denomina Objetivos para Vivir Mejor, e identifica acciones personales que cualquiera en el mundo puede realizar para apoyar los ODS. Cada uno de los objetivos plantea cinco “invitaciones” a actuar por cada ODS, para que las personas las incorporen en su estilo de vida. Son 85 invitaciones alineadas cuidadosamente con las 169 metas de los ODS y sus indicadores. Estás, permiten que las acciones individuales generen cambios colectivos.

CECODES ha liderado e implementado esta estrategia en Colombia, junto con empresas y otras organizaciones aliadas que han decidido compartir estas acciones con sus grupos de interés. Por medio de actividades, tarjetas interactivas, vídeos y campañas en redes sociales, impartimos este conocimiento e inspiramos a los colombianos a actuar con plena responsabilidad individual, lo que genera un mayor impacto en el balance de la responsabilidad colectiva.

Aunque organizaciones como CECODES se han propuesto comunicar e impactar positivamente a los individuos, aún nos queda mucho por recorrer. Según la Superintendencia de Servicios Públicos, en Colombia se generan cerca de 12 millones de toneladas de basura al año, de las cuales se recicla apenas un 16,5%. Ahí, claramente, la individualidad tiene un papel que cumplir. Aunque las empresas estén comprometidas con la economía circular, requieren el apoyo del consumidor final, pues él es quien tiene la potestad de botar a la basura las botellas plásticas y cualquier otro material aprovechable, o de enviarlo a algún centro de acopio para que pueda ser reincorporado a la cadena de abastecimiento.

En conclusión, la responsabilidad individual es el motor de la sostenibilidad. Por esto, agradezco que estés leyendo estas palabras y te invito a conocer y practicar los Objetivos para Vivir Mejor. El día que entendamos que así como derechos tenemos deberes, estaremos cimentando el Desarrollo Sostenible. Entre todos tenemos el poder de transformar empresas y organizaciones para mejorar vidas.

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