Opinión

El lado correcto de la historia

“Y que se preparen, porque ganen en segunda o no, con el tiempo quedarán todavía más desencantados de aquellos que han elegido como sus líderes”

Juan Pablo Pino Candidato Gustavo Petro.

Los votantes de Petro están que no pueden con el resultado de las elecciones del domingo pasado. En general, cualquier persona interesada en el futuro del país tendría razón para estar preocupada por el escenario que quedó para segunda vuelta, pero son específicamente los seguidores del Pacto Histórico los que más sufren. Y no tanto por lo que se viene, sino porque ganaron, pero al mismo tiempo no tienen para nada asegurada la presidencia.

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Pero es que quieren ganar a lo maldita sea. Durante los últimos cuatro años se han dedicado a descalificar a todo el que no comulgue con ellos, a no bajarlo de bruto, paraco, asesino y nazi. Y yo entiendo su desespero, seguro que sí, este país tiene mucha gente en condiciones precarias que clama por un cambio más que necesario, pero en su afán de lucha equivocan las formas y aún no se han dado cuenta. Y no falta el que afirme que esa actitud proviene de los seguidores de Petro y no de Petro mismo, pero es mentira: él no ha hecho mayor cosa para desmentir y calmar a sus fanáticos más recalcitrantes.

Se creyeron el cuento de que son fuerza (y vaya que lo son) y están que no pueden de la superioridad moral. Andan con un discurso tipo “Mira, tú no sabes cómo son las cosas, pero déjame que yo te voy a explicar”, lo cual es irritante porque, si algo hemos aprendido del ser humano, es que no nos gusta que nos den lecciones así vivamos en la ignorancia. ¿No han visto a los niños en el colegio? Tienen que obligarlos a ir porque de lo contrario se quedarían en algún parque jugando con una rama. Pues bueno, los adultos somos igual, nos resistimos a salir de nuestra comodidad y a cuestionar nuestras creencias. Sin embargo, ellos insisten en andar repartiendo lecciones de vida como si el carné para vivir “del lado correcto de la historia”, como afirman ellos mismos, se los hubiera expedido el mismísimo Dios.

Y sacan pecho de que a Petro lo apoyan filósofos checos, músicos, rusos, artistas conceptuales africanos, el mismo Residente, intelectuales de renombre que a la larga no suman en las urnas. Hasta sacaron una lista extensa con todos los nombres como si eso los hiciera mejores personas. De verdad, se creyeron el cuento y son un poco como el centro, solo que más ruidosos. Parte del fracaso del centro tiene que ver con eso de creerse mejor que los demás, de tener una inteligencia superior al promedio, todo disfrazado de mesura y falsa modestia. La izquierda no va con sutilezas y exclama abiertamente que quien no se adhiera a ella está cometiendo el peor error de su vida. Y podrán tener razón en muchos aspectos, pero su actitud los hace infumables.

Es que viven de espaldas al mundo. Ya tocará después debatir si el mundo está bien o mal, pero el hecho es que son incapaces de ver la realidad. Pretenden que las cosas sean como ellos quieren que sean y no como en realidad son. E insisto, lo hacen a la brava, tratando de convencer al resto a la fuerza. Esa mezcla de fanatismo y biempensantismo los tiene tan ciegos que encima dicen que su voto es por Francia Márquez porque es la buena del paseo, como si su voto no fuera en realidad por Petro mismo y por la recua de corruptos que tiene detrás.

Son esos mismos personajes discutibles los que echaron a andar el cuento de que iban a ganar la presidencia en primera vuelta y ellos se lo creyeron, por eso están entusados. Y que se preparen, porque ganen en segunda o no, con el tiempo quedarán todavía más desencantados de aquellos que han elegido como sus líderes. Para tener tanta superioridad moral, son muy ingenuos.

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