La COP30, la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, inició el pasado 10 de noviembre en Brasil. En la fase decisiva del evento en Belém, Brasil, las discusiones climáticas entran en un punto crítico marcado por un fuerte impulso político, la presión de la juventud y el lanzamiento de iniciativas globales destinadas a transformar sectores clave como la energía y la agricultura. Las jornadas de esta semana estuvieron definidas por discursos contundentes, nuevas alianzas y un mensaje común: el mundo ya no puede esperar.
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Como cada edición, esta cumbre parte de los avances alcanzados previamente. En la COP28, los países se comprometieron en avanzar hacia el abandono progresivo de los combustibles fósiles mediante una transición justa. Luego, en la COP29, la comunidad internacional acordó triplicar la financiación climática destinada a las naciones en desarrollo.
En esta ocasión, la COP30 tiene como prioridad acelerar la acción climática en todos los países y sectores, y asegurar que sus beneficios lleguen a toda la población: creación de nuevos empleos, aumento de inversiones, aire más limpio, mejor salud y acceso a energía limpia y asequible.
La Agenda de Acción Climática marca el ritmo
En el evento de clausura de alto nivel de la Acción Climática Global, Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático, afirmó que la COP30 ha demostrado que la cooperación climática sigue viva incluso en un “mundo fracturado”. Stiell destacó avances concretos: un billón de dólares comprometidos en energía limpia, un plan global para cuadruplicar los combustibles sostenibles, inversiones en adaptación y medidas para impulsar la industria verde.
Aunque celebró la transformación en marcha, fue claro al advertir que no es momento de autocomplacencia. “Es hora de luchar por resultados medibles y reales para las personas, las economías y el planeta”, señaló, insistiendo en que la Agenda de Acción Climática no es un complemento sino un pilar del Acuerdo de París. Stiell subrayó la importancia de alinear la acción climática con el proceso formal de negociación para generar empleo, resiliencia y aire limpio a gran escala.
La eliminación de combustibles fósiles se abre paso en el texto final
En paralelo, ministros de países como Alemania, Reino Unido, Colombia, Kenia y las Islas Marshall expresaron un sólido respaldo a la propuesta brasileña de incorporar por primera vez una hoja de ruta para la eliminación gradual de los combustibles fósiles dentro de las decisiones oficiales de la COP30. La expectativa es que el texto final fortalezca referencias a esta transición crucial para mantener el límite de 1,5 °C.
Colombia en la COP 30
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la plataforma indígena transnacional del bioma, expresó en la COP30 un respaldo decisivo al liderazgo de Colombia en la defensa de la Amazonía. Durante una reunión bilateral en Belém de Pará con la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible (e), Irene Vélez Torres, la COICA destacó la “papel” del Gobierno colombiano por avanzar hacia una Amazonía libre de minería e hidrocarburos, una apuesta que consideran inspiradora para los demás países amazónicos.
Según la ministra (e), la organización indígena ve en Colombia un referente regional y manifestó su interés en que las decisiones adoptadas por el país puedan replicarse en los nueve países de la cuenca. La COICA propuso fortalecer la cooperación técnica y política con Colombia, con el fin de intercambiar experiencias que permitan impulsar políticas más fuertes de protección ambiental, soberanía territorial y resiliencia climática.
El Ministerio de Ambiente subrayó que este respaldo marca un momento histórico en la región y valoró a la COICA como un aliado estratégico en la defensa de la biodiversidad y los derechos de los pueblos indígenas. Ambas partes reafirmaron su compromiso de trabajar de manera coordinada para garantizar la preservación del bioma amazónico y el bienestar de sus comunidades.
La juventud: voz de urgencia y justicia climática
Uno de los momentos más simbólicos del día lo protagonizó Marcele Oliveira, joven en la COP30, quien reclamó decisiones “inmediatas” ante lo que consideró una “prioridad absoluta”: abandonar los combustibles fósiles. “Están destruyendo sueños”, advirtió, recordando a los ministros que la inacción climática ya ha sido considerada crimen ambiental por la Corte Internacional de Justicia.
Los jóvenes reforzaron su mensaje durante un encuentro con el Secretario General de la ONU, António Guterres, quien ofreció una disculpa histórica: “Las generaciones predecesoras no lograron contener la crisis climática”. Guterres llamó a librar junto a la juventud la “batalla decisiva” para limitar el rebasamiento del umbral de 1,5 °C y confrontar los poderosos lobbies que frenan la transición energética.
Testimonios como el de João Victor da Silva, quien lamentó que los jóvenes “no quieren ser activistas, solo quieren ser niños”, o el de Nigel Maduro, que ve desaparecer las playas de su infancia en Aruba, reforzaron el sentido de urgencia. La líder indígena Txai Suruí sumó un mensaje contundente: el Amazonas está cerca de un punto sin retorno, y la COP debe ser más inclusiva para garantizar justicia climática.
RAIZ: un plan global para recuperar tierras agrícolas degradadas
En esta misma jornada se lanzó oficialmente RAIZ, el Plan de Inversiones en Agricultura Resiliente para Degradación Cero de Tierras, una iniciativa global liderada por Brasil y respaldada por países como Australia, Canadá, Alemania, Japón y Perú. Su objetivo es movilizar recursos y tecnologías para restaurar paisajes agrícolas degradados mediante mapeo, financiamiento público-privado y soluciones escalables.
RAIZ toma inspiración en experiencias brasileñas como Green Way y Eco Invest, que permitieron recuperar tres millones de hectáreas de pastizales y movilizar más de 6.000 millones de dólares. Según la FAO, más del 20% de las tierras agrícolas del mundo están degradadas, lo que afecta la seguridad alimentaria de miles de millones de personas. Restaurar solo el 10% podría alimentar a 154 millones de personas y generar millones de empleos rurales.
Para líderes como el exministro Roberto Rodrigues, la agricultura tropical y el programa RAIZ pueden convertirse en un motor global para una transición energética justa y, en sus palabras, “un instrumento de paz y unión mundial”.
Brasil anuncia BRL 107 millones para la bioeconomía amazónica
En el marco del evento Brasil anunció una inversión de BRL 107 millones para impulsar la bioeconomía amazónica a través del programa “Coopera+ Amazônia”, una iniciativa que busca fortalecer la innovación administrativa y productiva de 50 cooperativas extractivistas dedicadas al babaçu, açaí, castanha y cupuaçu. El proyecto beneficiará a cooperativas de cinco estados de la Amazonía Legal —Pará, Rondonia, Maranhão, Amazonas y Acre— durante los próximos 48 meses.
El anuncio fue realizado en la Zona Verde de la conferencia, con la participación del vicepresidente Geraldo Alckmin, quien destacó que los recursos permitirán aumentar el valor agregado de los productos, fortalecer el cooperativismo e incrementar los ingresos de cerca de 3.500 familias. La iniciativa es impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA), el BNDES, el MDIC, EMBRAPA y SEBRAE.
El programa recibirá BRL 103 millones del Fondo Amazonia, coordinado por el MMA y administrado por el BNDES, además de BRL 3,7 millones aportados por SEBRAE. Según Tereza Campello, directora socioambiental del BNDES, estas inversiones fortalecerán la productividad, la inserción en el mercado y la generación de empleo, contribuyendo a mantener la selva en pie como solución climática.
El SEBRAE destacó que el programa incorporará tecnologías que potencian la bioeconomía amazónica, mientras que EMBRAPA aportará datos, indicadores y estudios para mejorar los sistemas de producción y apoyar a las comunidades locales.
Entre las acciones previstas se incluyen consultorías, capacitación, asistencia técnica, extensión rural y adquisición de maquinaria para reducir la dureza del trabajo extractivista. Se espera un aumento de la productividad, del valor agregado, de la facturación y del número de cooperativistas, además de una reducción de residuos.
Asimismo, se creará una Oficina de Negocios Territorial para fortalecer marcas y facilitar el acceso a nuevos mercados. Esta iniciativa se articula con el Fondo Amazonia, principal mecanismo de cooperación internacional para la protección forestal y el desarrollo sostenible en Brasil, que desde 2008 ha apoyado 144 proyectos y fortalecido más de 600 organizaciones comunitarias.

