Estados Unidos anunció un amplio despliegue militar en el Caribe y el Pacífico, encabezado por el portaaviones USS Gerald Ford, como parte de su estrategia para combatir el narcotráfico y las organizaciones criminales transnacionales que operan en la región, entre ellas el Tren de Aragua, catalogado por Washington como una “Organización Terrorista Designada”.
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El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que el portaaviones más grande y avanzado del mundo se dirige hacia el área de responsabilidad del Comando Sur (Southcom), acompañado de su grupo de ataque y una flota aérea embarcada. El movimiento coincide con la destrucción de una narcolancha presuntamente vinculada al Tren de Aragua, la segunda neutralizada por fuerzas estadounidenses en lo que va del mes y la primera en una operación nocturna.
“El objetivo de este despliegue es desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y fortalecer la capacidad de respuesta ante el narcoterrorismo en el hemisferio occidental”, señaló Sean Parnell, portavoz del Departamento de Guerra. Según el funcionario, el aumento de presencia militar busca interceptar rutas de tráfico de estupefacientes, armas y migrantes irregulares que han proliferado en los últimos años.
El USS Gerald Ford: una “base aérea flotante”
El USS Gerald Ford es considerado la joya de la flota estadounidense. Con capacidad para lanzar hasta 75 aviones de combate, este buque insignia es descrito por expertos como una base aérea flotante capaz de ejecutar misiones simultáneas en mar, aire y tierra. Su llegada al Caribe representa una demostración de fuerza y una señal clara de que la administración Trump intensifica su lucha contra el crimen organizado que utiliza la región como corredor estratégico.
“Su presencia refuerza las operaciones conjuntas del Comando Sur y amplía el alcance de las misiones de vigilancia e interdicción marítima”, explicó un analista militar consultado por medios estadounidenses.
Washington refuerza su estrategia en el hemisferio
Desde septiembre, Estados Unidos ha destruido doce embarcaciones relacionadas con el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, incrementando la cooperación con países aliados de América Latina. El envío del Gerald Ford marca un punto de inflexión en esta ofensiva, no solo por su poderío militar, sino también por el mensaje político que envía: la determinación de Washington de erradicar las redes del narcotráfico vinculadas al Tren de Aragua y otras estructuras regionales.
Con este despliegue, el Pentágono reafirma su compromiso de mantener una presencia disuasiva y sostenida en la zona, consolidando su estrategia de seguridad hemisférica frente a los crecientes desafíos del narcotráfico y el crimen transnacional.

