Una tragedia ha sacudido a la ciudad de Tucson, Arizona, donde Christopher Scholtes, de 37 años, enfrenta cargos por asesinato en primer grado tras la muerte de su hija Parker, de apenas dos años. La menor falleció luego de haber permanecido durante más de tres horas encerrada en un vehículo bajo una temperatura exterior de 43 °C. Durante ese tiempo, su padre se encontraba dentro de su casa, según la Fiscalía, viendo pornografía, bebiendo cerveza y jugando videojuegos.
El caso ha generado una profunda indignación en la comunidad local y en redes sociales, no solo por el desenlace fatal, sino por los antecedentes del acusado. Documentos judiciales revelan que no era la primera vez que dejaba a sus hijas encerradas en el auto, incluso bajo condiciones similares.
Un patrón de conducta previo y alarmante
De acuerdo con el testimonio de la hija mayor de Scholtes, de 16 años, el hombre solía dejar a las menores sin supervisión en el vehículo mientras realizaba tareas como guardar comida o jugar videojuegos. En una ocasión, fue ella quien tuvo que encender el auto para evitar que sus hermanas se asfixiaran por el calor. Esta conducta no solo era conocida por el entorno familiar, sino que también está siendo investigada por el Departamento de Servicios Infantiles, que ha vinculado al acusado con posibles episodios de violencia física contra la adolescente.
La madre: entre el dolor y la denuncia
La tragedia fue descubierta por Erika, la madre de Parker y esposa de Scholtes, quien es anestesióloga en el hospital Banner University Medical Center. Fue ella quien encontró a la niña inconsciente dentro del auto a las 4:00 p.m., y quien la trasladó de inmediato al centro médico donde trabaja. Pese a los esfuerzos de los médicos, Parker no sobrevivió.
A través de mensajes de texto dirigidos a su esposo, Erika expresó su frustración por una situación que no era nueva: “Te dije que dejaras de dejarlas en el carro. ¿Cuántas veces te lo he dicho?”, escribió ella. A lo que Scholtes respondió: “Maté a nuestro bebé. Lo siento.”
Una defensa que llama la atención
Aunque la evidencia es contundente y los fiscales aseguran que Scholtes sabía que el motor del auto se apagaba automáticamente a los 30 minutos, lo que agravó el riesgo, el acusado se declaró no culpable ante la justicia. Sorprendentemente, Erika ha optado por permanecer a su lado, describiendo lo ocurrido como “un gran error”, declaración que ha generado debate público sobre la dinámica familiar y el rol del entorno en situaciones de riesgo infantil.
El proceso judicial continúa
Mientras la investigación avanza, Scholtes permanece detenido sin derecho a fianza. El caso ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de la vigilancia activa sobre el bienestar infantil, así como la responsabilidad legal y moral de quienes ejercen la patria potestad.