El avance imparable de la inteligencia artificial (IA) está remodelando el panorama laboral global, y con ello, el valor de muchas profesiones tradicionales. La automatización de tareas, el uso de algoritmos en procesos rutinarios y la digitalización de la economía están modificando radicalmente lo que las empresas esperan de sus colaboradores.
En este contexto, diversos análisis basados en modelos de IA han identificado tres carreras universitarias que, sin una adaptación profunda, podrían volverse obsoletas en los próximos años. Aunque no desaparecerán por completo, sí enfrentarán un cambio estructural que exigirá a sus profesionales nuevas habilidades y enfoques para seguir siendo relevantes.
1. Derecho: menos tareas repetitivas, más enfoque digital
Los sistemas de análisis legal, capaces de revisar contratos, comparar jurisprudencias o generar documentos jurídicos básicos, están disminuyendo la necesidad de abogados para funciones operativas. Esto ha desplazado especialmente a los perfiles junior.
Pese a ello, el juicio humano sigue siendo esencial en temas como la interpretación legal o la defensa argumentativa. La clave será especializarse en áreas emergentes, como el derecho digital, la privacidad de datos o la legislación sobre tecnología.
2. Contaduría: de lo operativo a lo estratégico
La contabilidad tradicional, basada en el registro manual de transacciones, está siendo asumida por sistemas automatizados que operan con mayor velocidad y precisión. Esto ha reducido la demanda de perfiles enfocados únicamente en procesos básicos.
El futuro para quienes ejercen esta profesión está en convertirse en analistas financieros, asesores en auditoría avanzada o gestores de riesgos. Las empresas ya no buscan solo procesadores de datos, sino personas capaces de interpretar y tomar decisiones con base en esos datos.
3. Administración de Empresas: la era de la especialización
Aunque ha sido una de las carreras más populares, su enfoque generalista la convierte en una de las más vulnerables si no se complementa con conocimientos técnicos actuales. La inteligencia artificial requiere líderes con competencias en automatización, análisis de datos, marketing digital o gestión de equipos híbridos.
La administración ya no es suficiente por sí sola; se impone un perfil profesional que combine visión empresarial con aptitudes tecnológicas y pensamiento estratégico.
La adaptación es la clave
Más allá de estos tres casos, la irrupción tecnológica está transformando todas las profesiones en mayor o menor medida. Las universidades enfrentan el desafío de actualizar sus planes de estudio e integrar la IA en la formación académica. Al mismo tiempo, los futuros profesionales deberán cultivar habilidades que las máquinas aún no pueden replicar: creatividad, empatía, pensamiento crítico y capacidad de liderazgo.
El futuro laboral no será para quienes tengan más títulos, sino para quienes sepan evolucionar con la tecnología y adaptarse a un entorno en constante cambio. La IA no viene a reemplazar al talento humano, sino a empujar sus límites.

