Lo que empezó como una estrategia para recuperar visibilidad en redes sociales, terminó en una sala judicial. El creador de contenido argelino Amine “Mojito”, de 27 años, fue condenado por el Tribunal Correccional de París tras protagonizar una serie de videos en los que se le ve pinchando con una jeringa vacía a personas que caminaban tranquilamente por las calles.
Las autoridades lo hallaron culpable de violencia intencional agravada, uso y tenencia de objeto peligroso y difusión de contenido que vulnera la dignidad humana. Como consecuencia, se le impusieron 12 meses de prisión, de los cuales deberá cumplir 6 meses de forma efectiva y otros 6 con suspensión condicional, además de una multa de 1.500 euros y una prohibición de portar armas por un periodo de tres años.
Un acto “para ganar audiencia” que generó miedo
De acuerdo con la investigación, Amine se acercaba a desconocidos por la espalda o en momentos de distracción, los pinchaba con una jeringa supuestamente vacía y registraba sus reacciones en video, que luego subía a plataformas como TikTok.El contenido, que pretendía ser humorístico, causó alarma entre las víctimas y la audiencia en general, sobre todo cuando uno de los afectados, un hombre de 50 años, presentó una denuncia formal.
El denunciante desarrolló trauma psicológico y una incapacidad médica de siete días, ya que temió haber sido infectado con alguna enfermedad.
Reconoció el daño causado
Durante el juicio, Amine “Mojito” reconoció ante el jurado que sus acciones habían causado temor en las personas:
“Les di miedo”, admitió.“Yo me asustaría si alguien se acercara con una jeringa”.
También explicó que su intención era recuperar popularidad en redes después de un periodo de baja audiencia y aseguró que se inspiró en videos similares grabados en Portugal.
¿Una broma o una agresión?
Aunque el acusado insistió en que la jeringa no contenía ninguna sustancia y que no tenía intención de causar daño, el tribunal no compartió esa visión. Las autoridades concluyeron que el simple acto de pinchar con una aguja en el espacio público constituye un acto de violencia, sobre todo al estar acompañado de una grabación y exposición pública.
El caso ha generado un amplio debate sobre los límites del contenido viral en redes sociales y la responsabilidad legal que implica el uso de ciertos elementos —como agujas o jeringas— incluso sin sustancias peligrosas.
Más allá de la viralidad: consecuencias reales
Todavía se desconoce cuántas personas fueron víctimas de estos “pinchazos”, ya que varios de los videos fueron eliminados y algunos afectados podrían no haberse presentado ante las autoridades. El proceso dejó claro que, aunque las redes pueden catapultar a la fama, también pueden llevar a enfrentar sanciones legales cuando se cruzan los límites del respeto y la seguridad pública.

