Las dos colombianas detenidas en la Flotilla Global Sumud, identificadas como Manuela Bedoya y Luna Barreto, aceptaron ser deportadas de Israel, según confirmaron fuentes diplomáticas de Colombia. Ambas permanecen en la cárcel de Saharonim, ubicada en pleno desierto del Neguev, cerca del poblado de Kziot y la frontera con Egipto.
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La Cancillería de Colombia informó que ha realizado gestiones para garantizar la integridad de las activistas y el respeto al derecho internacional humanitario. Además, las detenidas ya recibieron la visita consular de funcionarios colombianos, al igual que otros dos ciudadanos de Chile que se encuentran en la misma prisión.
En el centro de reclusión permanecen cerca de 450 personas de distintas nacionalidades, detenidas durante el operativo contra los barcos de la Flotilla Global Sumud. Según fuentes del penal, “la mayoría” de los retenidos ya firmaron documentos para ser deportados voluntariamente. Aquellos que no aceptaron deberán comparecer ante un juez, lo que retrasaría el proceso y podría derivar en una deportación forzosa.
La presencia de las activistas colombianas se enmarca en la misión marítima que buscaba llevar un mensaje político hacia Gaza. El grupo denunció que, en la madrugada del 25 de septiembre de 2025, sus barcos fueron blanco de un presunto ataque con drones en aguas cercanas a Grecia, lo que generó una fuerte tensión internacional. La propia flotilla responsabilizó a Israel de más de una docena de explosiones registradas frente a las costas griegas, donde también viajaba la reconocida ambientalista Greta Thunberg.
Mientras tanto, diplomáticos europeos señalaron que los nacionales de sus países están “bien en términos generales”, aunque algunos sufren las difíciles condiciones del clima extremo del desierto, además de la falta de sueño, ya que aseguran que llevan dos noches prácticamente en vela. En las afueras de la cárcel, varios vehículos diplomáticos de países como España, Alemania, Francia, Holanda, Jordania, Bahréin, Japón, Colombia y Chile permanecen en el lugar realizando gestiones consulares.
La situación también ha tenido eco en Colombia, donde un grupo de jóvenes se manifestó en el norte de Bogotá con el lema “¡Palestina libre!”, en respaldo a los activistas detenidos en el Mediterráneo. Aunque la protesta comenzó de manera pacífica, terminó en disturbios con la Policía, lo que refleja la creciente sensibilidad del tema en la opinión pública nacional.
Con la decisión de aceptar la deportación, se espera que Manuela Bedoya y Luna Barreto abandonen Israel en los próximos días, cerrando un capítulo que ha despertado la atención diplomática y social en Colombia.

