Luego de varias semanas de marcada tensión diplomática entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Nicolás Maduro apareció en un acto público para celebrar lo que definió como un nuevo logro personal y profesional. En una ceremonia oficial, el mandatario recibió un doctorado honoris causa en “materia de seguridad” otorgado por una universidad militar del país.
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Vestido con toga y una boina roja similar a la que solía portar el fallecido expresidente Hugo Chávez, Maduro aseguró que este reconocimiento simboliza la preparación de Venezuela frente a las presiones internacionales. Durante su discurso, afirmó: “Tengo mi toga y mi boina de combate”, mientras era acompañado en la tarima por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y miembros del alto mando militar venezolano.
En ese mismo sentido, el venezolano también afirmó: “Me han graduado de cadete de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, y lo digo como alumno, estudiante del más grande maestro que ha podido conocer en las artes, en las ciencias, en las capacidades militares revolucionarias y bolivarianas, nuestro amado e inolvidable, Supremo Comandante Hugo Rafael Chávez Frías”.
El evento ocurre en un contexto de creciente fricción entre Caracas y Washington, que en las últimas semanas ha incluido el despliegue de buques de guerra en el Caribe y una serie de acusaciones mutuas sobre seguridad regional. Para algunos analistas, el título honorífico concedido a Maduro no solo refuerza su imagen interna como líder militar, sino que también forma parte de la narrativa de poder y resistencia frente a Estados Unidos.
Durante las últimas semanas, el mandatario venezolano ha reiterado que el país “está más que preparado” para defenderse de cualquier amenaza y por eso, ha invitado a la ciudadanía para fortalecer el ejército nacional y respaldar las políticas de seguridad del gobierno.
Por su parte, desde Washington, el expresidente Donald Trump en varias ocasiones ha responsabilizado a Maduro de desestabilizar la región y desde la Casa Blanca han anunciado una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita su captura, lo que ha intensificado el tono de confrontación.