La desaparición y muerte de Valeria Afanador, de 10 años, en Cajicá, Cundinamarca, sigue envuelta en interrogantes. Aunque Medicina Legal concluyó que la niña murió por ahogamiento, su familia asegura que el cuerpo presentaba heridas que contradicen el dictamen oficial.
Lea también: “Estamos cerca de parecernos a la India”: graban terrible trancón en Kennedy en el que las motos se toman andenes
Valeria desapareció el 12 de agosto mientras se encontraba en el colegio Gimnasio Campestre los Laureles. Tras 17 días de intensa búsqueda, fue encontrada sin vida el 29 de agosto en inmediaciones del río Frío.
El lugar ya había sido inspeccionado varias veces por autoridades y voluntarios. Su padre, Manuel Afanador, expresó su desconcierto: “Pasamos por esa zona más de 100 veces, con más de 280 personas diarias. No tiene lógica que apareciera allí después de 18 días”, dijo en Relatos al Límite.
Dictamen forense: muerte por ahogamiento
El informe de Medicina Legal concluyó que Valeria murió el mismo día de su desaparición, aparentemente por sumersión. Según el reporte, “la menor de edad aspiró e ingirió agua y residuos de pantano encontrados en su estómago y vías respiratorias”. Además, la formación de adipocira indicaría que estuvo en contacto prolongado con el agua y material biológico en descomposición.
El documento oficial también precisó que el cuerpo no presentaba “signos de violencia física”.
Las heridas en el cuerpo de Valeria
El padre de la menor cuestiona la versión forense y asegura que el cadáver mostraba lesiones que no tenía antes de desaparecer. “En ese informe preliminar se encontró agua en sus pulmones, una laceración en la mano derecha y un morado en el tórax. Esas lesiones no las tenía cuando la dejamos en el colegio”, afirmó Manuel Afanador.
Estas marcas han abierto un debate sobre la posibilidad de que la menor no estuviera sola ni llegara por voluntad propia al lugar donde fue hallada. “Mi hipótesis desde el día uno es que Valeria no salió sola. Conocía a mi hija y sé que no se iba a meter al río ni a pasar debajo de una reja. Algo o alguien la llamó”, sostuvo.
La exigencia de justicia de la familia
Para Manuel Afanador, el caso está lejos de cerrarse: “Hasta encontrar a los culpables y enviarlos a la cárcel. Ese es mi compromiso con Valeria”, declaró.
El abogado de la familia, Julián Quintana, anunció que “el próximo 22 de octubre se llevará a cabo una nueva reunión, en la que esperamos hablar no solo de avances, sino de resultados concretos en la investigación y en la toma de decisiones”.
Con las heridas aún sin una explicación convincente, la muerte de Valeria Afanador en Cajicá sigue bajo investigación y mantiene en alerta a la comunidad.

