El pasado 22 de septiembre se confirmó la noticia que estremeció al mundo del entretenimiento en Colombia: los artistas Byron Sánchez Salazar, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera Lemos, reconocido en la escena como DJ Regio Clown, fueron hallados sin vida en México tras varios días de incertidumbre por su desaparición. El caso, marcado por un macabro hallazgo y un mensaje atribuido a un grupo criminal, ha despertado interrogantes sobre la violencia del narcotráfico en ese país y la posible relación de las víctimas con estructuras del crimen organizado.
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Según los reportes oficiales, los artistas colombianos fueron vistos por última vez antes del 17 de septiembre, cuando familiares y allegados perdieron todo contacto con ellos. El manager de B-King, Juan Camilo Gallego, reveló que ambos se encontraban en la exclusiva zona de Polanco, Ciudad de México, donde iban a almorzar con dos personas y, posteriormente, a reunirse con empresarios. Desde ese momento, nada más se supo de su paradero.
Cinco días después, la Fiscalía mexicana confirmó que los cuerpos hallados en la carretera federal 115, Cocotitlán-Tlalmanalco, correspondían a los artistas colombianos. La identificación fue posible inicialmente gracias a sus tatuajes, ya que los cadáveres se encontraban en avanzado estado de deterioro.
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Los informes de la prensa mexicana detallan que los cuerpos fueron hallados amarrados de pies y manos, desmembrados y dentro de sacos, junto con otros tres cadáveres. Todo apunta a que fueron víctimas de tortura antes de ser abandonados en el lugar, un modus operandi que ya se ha visto en otros crímenes vinculados a ajustes de cuentas entre organizaciones criminales.
El mensaje de la ‘Familia Michoacana’ contra B-King y Regio Clown
Junto a los cuerpos fue encontrado un mensaje escrito en un pedazo de cartón, el cual se ha convertido en la principal línea de investigación. En él se podía leer: “Llegó la FM, esto va para todos los chapulines, encargados y vendedores, vamos por todo”. La sigla FM hace referencia a la Familia Michoacana, un poderoso grupo criminal mexicano con presencia en los estados de Michoacán y Guerrero, señalado por Estados Unidos de estar involucrado en narcotráfico, secuestro, lavado de activos y múltiples actos violentos.
Este tipo de mensajes, conocidos en México como “narcomantas”, suelen ser dejados en escenas de crímenes para enviar advertencias a rivales, autoridades o comunidades enteras.
¿Qué significa ser un “chapulín” en el caso de B-King y Regio Clown?
Uno de los términos que más ha generado curiosidad en Colombia es el de “chapulín”, palabra usada en el mensaje. Según medios mexicanos, en el argot del narcotráfico se refiere a personas que cambian de bando entre carteles o que realizan negocios por su cuenta, rompiendo la lealtad con la organización a la que pertenecen. En algunos casos, también se utiliza para identificar a quienes traicionan a un grupo criminal para pasarse a otro que les ofrezca mejores condiciones.
Aunque no hay claridad sobre si este término estaba directamente relacionado con B-King y Regio Clown, lo cierto es que el mensaje buscaba enviar un aviso a “encargados y vendedores”, reforzando la hipótesis de que se trató de un crimen con un trasfondo ligado al narcotráfico.
La reacción oficial
Tras la confirmación del crimen, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México emitió un comunicado en el que aseguró que se llevará a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y dar con los responsables.
Por su parte, familiares y amigos en Colombia han pedido respeto en medio del dolor y justicia para que el asesinato no quede en la impunidad. La noticia ha generado conmoción en el país, no solo por la brutalidad del hecho, sino también porque pone de relieve los riesgos que enfrentan ciudadanos extranjeros en México, un país que vive un complejo escenario de violencia ligada al crimen organizado.
Entre el arte y la violencia
B-King y Regio Clown eran reconocidos en el ámbito musical colombiano por sus colaboraciones y propuestas en géneros urbanos. Su asesinato no solo enluta a la escena cultural, sino que también abre una reflexión sobre cómo la violencia del narcotráfico puede truncar la vida de jóvenes talentos en escenarios inesperados.
Mientras avanza la investigación, lo que queda en evidencia es que el caso está atravesado por un mensaje mafioso con un alto contenido simbólico, utilizado por los grupos criminales como mecanismo de control y demostración de poder.