La desaparición y posterior hallazgo sin vida de los músicos colombianos Bayron Sánchez Salazar, conocido artísticamente como B-King, y Jorge Luis Herrera Lemos ha generado profunda conmoción en México y Colombia, despertando indignación y dolor en el ámbito musical y en las comunidades migrantes.
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De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), los cuerpos de los artistas fueron encontrados el 17 de septiembre en el municipio de Cocotitlán, Estado de México. Las autoridades confirmaron que ambos presentaban signos de tortura y desmembramiento, características que apuntan directamente a un crimen ligado al crimen organizado.
Narcomensaje de la Familia Michoacana vincula el crimen de artistas colombianos en el Estado de México
El detalle más estremecedor fue la aparición de una cartulina con un mensaje atribuido a la Familia Michoacana, uno de los cárteles más violentos y con mayor presencia en la región centro del país. El periodista Antonio Nieto reveló el contenido del letrero, el cual advertía: “Llegó la FM, esto va para todos los chapulines, encargados y vendedores, vamos por todo”. Este narcomensaje, más allá de los asesinatos, evidencia la intención del grupo criminal de enviar un mensaje de poder y control territorial.
Según la FGJCDMX, especialistas en servicios periciales compararon los perfiles de los desaparecidos con los de los cuerpos hallados en Cocotitlán, confirmando la identidad de las víctimas. Posteriormente, el 22 de septiembre, los familiares de los artistas acudieron para realizar el reconocimiento oficial de los restos, un proceso doloroso que ratificó la tragedia.
La Familia Michoacana, surgida a inicios de los años 2000 en el estado de Michoacán, construyó en sus primeros años una narrativa en la que pretendían presentarse como supuestos protectores de las comunidades frente a la violencia de cárteles rivales. No obstante, tras ese discurso se consolidó una organización violenta, sanguinaria y expansionista, cuya influencia se ha extendido hacia Guerrero y el Estado de México.
Con el tiempo, este cártel diversificó sus actividades ilícitas, pasando del narcotráfico al secuestro, la extorsión, el cobro de cuotas a comerciantes y transportistas, además de incursionar en la tala ilegal y la explotación de recursos naturales en zonas rurales. Esta capacidad de adaptación le ha permitido sostenerse como uno de los grupos delictivos más temidos en la actualidad.
Los narcomensajes o narcomantas se han convertido en uno de sus sellos más reconocibles. Estas cartulinas, usualmente dejadas junto a cuerpos o en lugares públicos, cumplen varias funciones estratégicas: sembrar miedo en la población, reafirmar su dominio territorial y advertir a rivales o posibles traidores.
El letrero hallado junto al cuerpo de B-King y su colega confirma esta lógica criminal: la violencia convertida en espectáculo, utilizada como herramienta de intimidación y control social. El doble asesinato no solo representa una pérdida irreparable para la música urbana, sino que también visibiliza la crudeza de la violencia del narcotráfico en México y sus devastadoras repercusiones en víctimas inocentes.