El Gobierno de Colombia expresó su total desacuerdo frente a la reciente decisión de Estados Unidos de retirarlo de la lista de países certificados en la lucha contra el narcotráfico. La medida, anunciada por el Departamento de Estado, argumenta un presunto “incumplimiento manifiesto” de las obligaciones internacionales en materia antidrogas durante el último año.
En un comunicado oficial emitido por la Cancillería, se subraya que esta decisión ignora los avances tangibles que Colombia ha logrado en la lucha contra el narcotráfico, a pesar de décadas de esfuerzos sostenidos. “Por décadas, el pueblo colombiano ha estado en la primera línea de la defensa de la seguridad hemisférica contra el flagelo de las drogas. Con responsabilidad, hemos asumido el precio más alto: la pérdida de tantos colombianos y colombianas cuyos caminos se han visto trágicamente cruzados por una lucha sin sentido”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Logros que, según Colombia, no fueron reconocidos
La Cancillería sostuvo que durante el año 2024 se alcanzaron cifras históricas en términos de incautaciones y operaciones contra la producción ilegal de droga:
- 884 toneladas métricas de cocaína incautadas.
- 89.500 galones de ácido sulfúrico decomisados.
- Destrucción de 5.242 instalaciones de procesamiento de cocaína.
- 65% de las incautaciones globales de cocaína contaron con apoyo de la Armada colombiana.
- 454 personas extraditadas a Estados Unidos entre agosto de 2022 y junio de 2024.
El pronunciamiento oficial también advirtió sobre las consecuencias geopolíticas de la medida. “Al descertificar a Colombia, Estados Unidos corre el riesgo de reducir las capacidades de uno de sus aliados más firmes en la lucha contra el narcotráfico. La vacilación no fortalece la confianza; la erosiona. Y en esta lucha, la claridad es tan importante como la fuerza”, afirmó la Cancillería.
Asistencia se mantiene, pero con dudas
A pesar de la descertificación, la administración estadounidense aclaró que mantendrá la asistencia a Colombia por considerarla “vital a los intereses nacionales de los Estados Unidos”. No obstante, el Gobierno colombiano considera que el mensaje enviado es contradictorio y llega en un momento que exige coherencia y respaldo mutuo.
“Invocar una exención por interés nacional (...) aunque evita una ruptura, envía un mensaje ambiguo en un momento que exige determinación”, advierte el comunicado.
Reacción del presidente Petro
El presidente Gustavo Petro, por su parte, reaccionó de manera contundente durante un consejo de ministros transmitido en televisión, en el que cuestionó la dependencia histórica del país hacia el armamento estadounidense. “Se acaba la dependencia del Ejército de Colombia y de sus Fuerzas Militares del armamento de los Estados Unidos. No más limosnas ni regalos. (...) Al Ejército de Colombia le va mejor si compra sus armas o las hace con nuestros recursos propios”, sostuvo.
La declaración del mandatario marca un posible cambio en el enfoque de defensa y cooperación militar entre ambos países, y refuerza la postura del Gobierno frente a lo que considera una medida política más que técnica por parte de Washington.
La controversia entre Colombia y Estados Unidos deja en evidencia las tensiones que persisten en la estrategia conjunta contra el narcotráfico, en medio de un contexto regional complejo. Mientras Bogotá defiende su desempeño y resultados, la administración estadounidense opta por ejercer presión a través de mecanismos que, para Colombia, podrían debilitar una alianza histórica.