El abogado de la familia de Valeria Afanador, Julián Quintana, informó que en medio de la investigación del caso de la muerte de la niña, la Fiscalía General de la Nación ordenó realizar pruebas de ADN a todos los empleados del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, con el fin de identificar posibles sospechosos en el caso.
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Quintana le aseguró a La FM que “hay muchas pruebas científicas que están en camino, por ejemplo la toma de muestras biológicas en diferentes partes del cuerpo de Valeria y eso nos podría dar luces frente si hay un tercero en la escena del delito. Por eso es importante el ADN, que en este momento Medicina Legal lo está recopilando, y también el bosquejo y la búsqueda con detalle del lugar donde se encontró Valeria”.
De igual forma, el abogado de la familia Afanador aseguró que sobre el caso hay cámaras, testigos y “también hay unos trabajadores que estaban muy cerca en lugar del hallazgo, y en eso la Fiscalía ha abierto otro punto de indagación, otra línea también de investigación, para establecer por qué después de 18 días, en un lugar tan cercano al colegio, apareció la niña, al parecer de forma sorpresiva”.
El colegio tendría primeros inconvenientes tras los hechos
El defensor de la familia, Julián Quintana, ha denunciado que el colegio presuntamente manipuló la escena al haber realizado reparaciones en la reja por donde presuntamente salió la niña rellenando huecos con cemento.
Igualmente, el abogado se remite también a unas declaraciones de la rectora del colegio, en las que señala que la desaparición la atribuyó a un extrabajador, por lo que solicitó a la Fiscalía investigarla.
Tras todo lo sucedido, precisamente el centro académico tendría sus primeras consecuencias según Wilson Halaby, secretario de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Cajicá, quien de acuerdo a Semana, reveló que los padres de familia de los niños que van a este colegio, tomaron la decisión de retirar a sus hijos.

