Bogotá vivió una tarde de alta tensión este jueves, 4 de septiembre, tras el estallido de manifestaciones en distintos puntos de la ciudad, siendo la carrera 30 a la altura de la Universidad Nacional uno de los focos más críticos. En ese sector, encapuchados atacaron un bus de TransMilenio con bombas incendiarias, generando una inmediata suspensión del tránsito por la vía.
El hecho se registró sobre la avenida NQS con calle 45, y obligó al sistema de transporte masivo a implementar un contraflujo de emergencia para desviar los buses articulados, en tanto las autoridades activaban los protocolos de seguridad y monitoreo de alteraciones del orden público.
Otras zonas también colapsaron
Además de la Universidad Nacional, otros puntos neurálgicos de la capital también presentaron bloqueos y desvíos:
- Carrera 5 con calle 15, en inmediaciones de la sede Vivero de la Universidad Distrital: rutas zonales siguen siendo desviadas debido a protestas externas.
- Avenida Villavicencio con avenida Gaitán Cortés, cerca de la sede tecnológica de la Universidad Distrital: rutas alimentadoras como Candelaria, Sierra Morena, GH530 y HH604 están siendo desviadas de manera preventiva.
Más de 100 mil usuarios afectados
De acuerdo con el balance oficial entregado por TransMilenio, al menos 103.500 usuarios han resultado afectados por las alteraciones en la movilidad. El sistema emitió una alerta a los ciudadanos que se movilizan por zonas como Chapinero, Santa Fe y Ciudad Bolívar, advirtiendo que los tiempos de desplazamiento pueden incrementarse de manera considerable.
“Les recordamos a nuestros usuarios, especialmente a quienes se desplazan por las zonas de Chapinero, Santa Fe y Ciudad Bolívar, que debido a las manifestaciones en el sector, los desplazamientos pueden tomar un poco más de tiempo”, comunicó TransMilenio.
Autoridades bajo presión
La Secretaría de Gobierno, junto con la Policía Metropolitana, continúa monitoreando la situación. Aunque no se han reportado personas lesionadas hasta el momento, las autoridades no descartan nuevas alteraciones, principalmente en sectores aledaños a instituciones educativas públicas.
El ataque al bus de TransMilenio eleva la gravedad de la jornada, poniendo sobre la mesa la discusión sobre el uso de la violencia en las manifestaciones y el impacto directo en la vida diaria de miles de ciudadanos que dependen del sistema de transporte masivo para sus labores diarias.