Un hecho de intolerancia en Houston (Texas, Estados Unidos) ha conmocionado a la opinión pública. Un niño de apenas 11 años murió tras recibir varios disparos mientras jugaba la tradicional broma conocida como ‘Tin Tin Corre Corre’ o “Ding Dong Ditch” en inglés.
La tragedia, ocurrida este fin de semana, reabre el debate sobre el acceso indiscriminado a las armas en EE. UU., la violencia vecinal y la falta de tolerancia hacia juegos infantiles que en otro tiempo eran vistos como simples travesuras.
Lea también: Capturan en Bogotá a alias ‘El Loco’: peligroso cabecilla del Tren de Aragua
Así ocurrió la tragedia en Houston
De acuerdo con la Policía de Houston, el menor estaba en compañía de varios amigos cuando decidió tocar el timbre de una casa y salir corriendo. El gesto, que parecía una broma inocente, terminó en horror cuando un vecino presuntamente reaccionó de forma violenta y abrió fuego contra el grupo de niños.
El niño fue trasladado de urgencia a un hospital local, pero falleció al día siguiente debido a la gravedad de las heridas. La identidad del menor aún no ha sido revelada, y hasta ahora no se han confirmado arrestos, aunque las autoridades mantienen abierta la investigación.
“Tin Tin Corre Corre”: de juego infantil a tragedia
El juego, conocido como “Ding Dong Ditch” en EE. UU. y popular en varios países, ha estado bajo escrutinio en los últimos años debido a hechos similares que han terminado en tragedia.
- En 2023, un hombre en California fue condenado a cadena perpetua por asesinar a tres adolescentes que hicieron la misma broma.
- En Virginia, un joven de 18 años perdió la vida tras ser confundido con un ladrón mientras grababa un video de TikTok.
Estos casos muestran cómo un juego infantil puede transformarse en una situación mortal en un país marcado por la cultura armamentista.
Le puede interesar: Katherine Porto vivió momentos de pánico en avión por pasajero que amenazó a tripulantes
La comunidad de Houston se encuentra consternada y exige justicia, mientras organizaciones de derechos humanos reiteran la urgencia de un control más estricto de armas para proteger a niños y adolescentes.

